Los peregrinos rocieros que en la mañana de ayer sábado partieron desde Rota para realizar la peregrinación peatonal que cada año se celebra por el mes de noviembre, han completado el camino con un buen balance.

Pese a algo de lluvia que les cogió en la noche de pernoctación y algún que otro incidente por ampollas, roces o tirón muscular sin nada más que lamentar, la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Rota cumplió con la peregrinación y los 150 roteños que acompañaron al guión de marcha por las arenas del Parque Nacional de Doñana hasta la aldea almonteña han podido vivir una experiencia más de reencuentro con la Blanca Paloma en su ermita. 

Durante todo el camino, la temperatura fue agradable aunque con noche fresca, pero gracias a la preparación de los peregrinos y los coches de apoyo de los que disponía la hermandad, ha sido un camino bueno, con el rezo de un Rosario muy emotivo.

Tras una jornada entera caminando, pernoctar y emprender de nuevo el trayecto para llegar a la ermita de El Rocío el domingo por la mañana, los peregrinos pudieron ver a su virgen del Rocío. Tras el breve encuentro, camino de vuelta a casa sin incidentes que destacar y el corazón lleno.