Cuando se produce una catástrofe de cualquier tipo, ya sea provocada por agentes atmosféricos ya por la mano del hombre, esta siempre va acompañada de saqueos y vandalismos. Es inevitable que existan personas dispuestas a robar aprovechando las circunstancias de desconciertos que preceden a estos cataclismos. Afortunadamente, la mayoría de la ciudadanía se moviliza para todo lo contrario, para ayudar a las víctimas que han sufrido directamente la tragedia.

Es lamentable que los dirigentes políticos actúen, cual aprovechados saqueadores, para dirigir sus juicios contra sus adversarios ante situaciones trágicas. Resulta deplorable que ante situaciones de emergencia lo primero que emitan en sus análisis estos políticos sea buscar culpables negligentes con el fin de obtener un rédito electoral.
Pasaba con los atentados terroristas y sucede con los fenómenos atmosféricos devastadores como el producido por los efectos de la DANA que se ha llevado muchas vidas humanas, demasiadas, por delante.

Es penoso oír y leer a unos y otros en medio del drama. Ni siquiera tienen paciencia para unirse en la resolución de los problemas acaecidos en ese momento. No esperan a analizar qué actuaciones se tenían que haber llevado a cabo tras un análisis serio días después de lo sucedido. Sobre todo para llevar a cabo iniciativas con el fin de evitar que tales tragedias se vuelvan a repetir.

Es verdad que en ocasiones, como la ocurrida en la provincia de Valencia, evitar la catástrofe en su totalidad es del todo imprevisible. Pero al menos, se pueden tomar medidas preventivas. Con un sistema de prevención adecuado se pudo haber evitado muchas muertes. En la Comunidad de Valencia, por ejemplo, una de las primeras medidas del gobierno autónomo nada más ganar las elecciones fue disolver la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias. Fue una mala decisión. Pero la crítica tiene que llegar después, primero son las víctimas.

Aprovechar cierto oportunismo político en semejantes situaciones es para hacérselo ver. No vale todo según qué momento.

Algo que parece tan fácil de entender no es asumido por ciertos políticos.

Siempre ha habido situaciones catastróficas naturales, pero en los tiempos que nos ha tocado vivir, estas se repiten con demasiada frecuencia en cualquier punto del planeta. Es por ello que tomar medidas dirigidas a preservar la seguridad de la población es algo prioritario. La creación de la Unidad Militar de Emergencia en 2005 fue una medida acertada, aunque el Partido Popular considerara en su momento que  era un despilfarro de dinero público la constitución de dicho organismo dentro del organigrama militar. El tiempo, por desgracia, ha dado la razón a esta iniciativa.

Las fotos tiradas a los políticos posando para la galería en medio de una desgracia resultan insultantes para cualquier inteligencia. Sobre todo si ese mismo político minimiza los avisos de la Agencia Estatal de Meteorología o culpabiliza de los  efectos de la DANA a dicho organismo.

Saqueadores del engaño, ladrones de la verdad, bandidos sin escrúpulos.