El Día de Todos los Santos ha amanecido lluvioso y eso trastoca en parte una tradición habitual coincidiendo con el 1 de noviembre, cuando muchos ciudadanos se acercan al cementerio a poner flores a sus seres queridos y visitar la tumba en la que descansan sus restos.

La semana, que ha estado marcada por la alerta amarilla y naranja por lluvias, ha hecho que muchos roteños se hayan adelantado a la fecha, como es habitual, para limpiar  paredes de nichos o lápidas, y sustituir flores secas o antiguas por unas nuevas y frescas. Tras el trasiego habitual que se vive en la víspera del Día de Todos los Santos, cuando una gran mayoría acude a estas labores de adecentamiento, la lluvia deja hoy en Rota un cementerio prácticamente vacío dado que llueve desde por la mañana.

Aún así, en el día de ayer, se podían ver calles del cementerio, aunque con bastantes charcos por el agua caída e incluso alguna zona difícil de transitar, con bastante colorido aportado por las flores, naturales o artificiales, adornando el camposanto.

La imagen se repetía tanto en la zona de nichos pequeños, en la de panteones y en el llamado 'Bosque de las cenizas' donde descansan cenizas enterradas de algunos ciudadanos que de unos años a esta parte,  tiene cada vez más presencia. De hecho, se podían ver ayer fotos se seres queridos, escritos, flores e incluso pequeñas zonas cercadas con vallitas de piedra o madera a modo de altar.

El Día de Todos los Santos se celebra en España con una tradición que se pasa de generación en generación, visitando a los fallecidos en el cementerio, llevándole flores y honrando así su memoria. Son muchas las personas mayores que son fieles a esta costumbre y algunos jóvenes van acompañando aunque cada vez son menos. Aún así, el 1 de noviembre, sigue siendo un día especial de visita al camposanto pese que en esta ocasión, al menos en Rota, la lluvia lo impida.