Memorias políticas de un concejal (IV)
En el año 2020, una vez concluida la legislatura 2015-2019, publiqué la obra “Prometo por imperativo legal y bajo mi convicción republicana... (memorias de un concejal)”. Debido a la medida de confinamiento que nos obligaba la pandemia que estábamos sufriendo en aquellos momentos, no pude presentar mi libro públicamente. No llegó por tanto a demasiadas personas. Sólo los más allegados adquirieron algún ejemplar. Pasado ya algunos años, he sopesado la idea de hacer llegar algunos capítulos de mis memorias políticas. Terminado el primer capítulo retomo esta semana el siguiente. Este episodio puede resultar un poco extenso, pero he creído que es más conveniente empezarlo y acabarlo sin dividirlo en dos partes.
"Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante" (Ryszard Kapuscinski)
LA NOTICIA EN EL DIARIO "EL MUNDO"
A los pocos días de que fuese anunciado ante la opinión pública cómo candidato de Izquierda Unida para las elecciones municipales de 2015, apareció en el periódico de tirada nacional “El Mundo”, una noticia que trataba de ensuciar mi imagen como candidato y la de todos mis compañeros y compañeras.
Algún “ideólogo” había filtrado a un periodista del susodicho periódico que por parte del gobierno local se había reclamado la devolución de una cantidad cercana a los cuatro mil euros a la Asociación de Amistad Rota-Cuba, porque, según la exposición de motivos esgrimida, el expediente de compensación para pagar la deuda del Ayuntamiento con dicha asociación no había contado con la aprobación (con la firma) del delegado de Hacienda.
La razón de que el delegado de Hacienda no firmara aquel expediente de compensación y sí otros de similares características nunca fue explicada, aunque era fácil de adivinar el motivo. Sin embargo, dicho expediente era de total conformidad por parte del servicio de Tesorería del Ayuntamiento. De hecho, si se llevo a cabo la compensación de la deuda fue precisamente porque el informe había sido favorable.
La Asociación de Amistad Rota-Cuba había sido creada en el seno de Izquierda Unida por compañeros de nuestra formación. De ella formaba parte Justo de la Rosa, Ángel Chacón Pozo, Manuel Helices Pacheco, entre otros. Pues bien, en el año 2008 está asociación, acogiéndose a la publicación de subvenciones locales destinadas a la ayuda internacional, presentó una propuesta al Ayuntamiento de Rota para enviar material ortopédico de ayuda al pueblo cubano. Este material más tarde fue sustituido por colchones debido a que Caimanera, la población cubana a donde iba dirigida la ayuda, había sufrido fuertes inundaciones por mor de un tremendo huracán que había azotado la isla de Cuba y había arrasado viviendas y hospitales.
El ayuntamiento había pagado una parte de la subvención solicitada y aprobada, pero después de transcurrido casi cuatro años, aún tenía que pagar a la asociación más de cuatro mil euros.
A Justo de la Rosa se le ocurrió la idea de poder cobrar la cantidad adeudada por el Ayuntamiento con la asociación compensando la cantidad con impuestos y tasas pendientes de pagarse al propio Ayuntamiento. Tras la aprobación de la Tesorería municipal (como ya he mencionado), el propio Justo nos expuso la idea de pagar nuestros impuestos de aquel año a la asociación en lugar de al Ayuntamiento. El servicio de recaudación del Ayuntamiento nos remitía los impuestos pagados y éste, a su vez, quedaba liberado de la deuda con la Asociación “Amistad Rota-Cuba”.
Para conseguir completar los cuatro mil euros, cada uno de los que aceptamos poníamos a disposición de la asociación nuestros impuestos (principalmente de IBI, Impuesto de Bienes Inmuebles). En mi caso, el importe del IBI que tenía que pagar ascendía a poco más de 140 euros (ciento cuarenta euros), de la vivienda de mis hijas.
Una vez efectuada la compensación, recibimos nuestro recibo correspondiente sellado ya pagado, y el importe se lo dábamos a la asociación que recuperaba de este modo el importe de la subvención que el Ayuntamiento le debía como he comentado.
Después de casi dos años de aquella operación (operación muy frecuente en todos los ayuntamientos), se explica por parte del gobierno municipal que el expediente de compensación no está firmado por el Delegado de Hacienda, aunque sí contaba con el informe favorable de la señora Tesorera.
Los titulares de aquel periódico venían a decir que “el candidato de Izquierda Unida en Rota pagaba el IBI de la vivienda de sus hijas con dinero destinado a una subvención”. Añadía el periodista que "los principales líderes de Izquierda Unida de Rota se compensaron tasas e impuestos con cargo a una subvención solidaria...".
Cualquiera que tenga un mínimo de conocimiento de cómo funciona la administración pública sabe que no se puede llevar a cabo ninguna acción sin el informe técnico preceptivo. Nadie, ningún proveedor, llega a "ventanilla" con un impuesto que tiene que pagar y proclamar, así sin más, que se lo descuente de la deuda que el ayuntamiento tiene para con él o con su empresa. Bueno, los únicos que pueden llevar cualquier acción a cabo en contra de los informes técnicos son los partidos políticos que ostentan el poder. No era nuestro caso ya que formábamos parte de la oposición. Y los que gobernando actúan de ese modo ya saben lo que les puede pasar, judicialmente hablando. Me imagino que el periodista tenía que formar parte del "grupo de los malos periodistas" para no saber lo que he explicado. O bien, no le interesaba entrar en la veracidad del "chivatazo" producido. Hoy lo llamaríamos bulo.
De todas formas, la noticia tuvo un corto reducido. Algún bloguero provincial se hizo eco de la noticia sin verificar tampoco la autenticidad de los datos que se publicaban, y una revista de contenido satírico que confeccionó un chiste a costa de la noticia para rellenar alguna página.
La noticia así leída despertó todas las alertas habidas y por haber por parte de los dirigentes provinciales de mi partido. A mí, la noticia me pilló camino de Rota, tras aprovechar los días del “puente de la Constitución” para hacer una escapada. En el camino de regreso recibí diversas llamadas desde compañeros del provincial para que le aclarase la veracidad de la noticia aparecida en El Mundo.
Nuestra reacción fue rápida y al día siguiente convocamos a los medios locales para dar una rueda de prensa y explicarlo todo. Contamos con el apoyo presencial en nuestra sede, mientras dábamos la rueda de prensa, no sólo con nuestros compañeros militantes y simpatizantes, también con miembros de otras organizaciones de la izquierda ideológica y de vecinos a título personal.
“El tiro les salió por la culata”, como se suele decir. Meses después de aquel mal trago, formamos parte del equipo de gobierno local y los partidos de derecha que habían montado todo aquel “circo” se hallaban en la oposición. ¡Las vueltas que da la vida!
Con el paso del tiempo, una vez sopesada la aparición de esta noticia en el mencionado periódico de tirada nacional, detecto que existía un objetivo de distracción, por llamarlo de alguna manera. ¿Por qué lo expreso de este modo? Pues porque había venido observando que cada vez que iba a salir publicada alguna noticia negativa sobre los casos judiciales en que se encontraban inmersos concejales de los partidos políticos de la derecha ideológica, éstos publicaban (o se encargaban de que una noticia saliese a la luz) algún tema que “manchase” la reputación de sus adversarios políticos.
Hago un inciso para decir que, desgraciadamente, más que adversarios políticos dábamos la sensación de ser enemigos políticos. Y creo que ciertamente lo éramos, al menos, por parte de algunos.
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