La asociación de corraleros salva a una raya de casi 130 kilos atrapada en Los Corrales
Hace dos días que a algunos corraleros de Rota sorprendió la llegada de una gran raya que quedó atrapada con la marea en el Corral de Enmedio en Los Corrales. Sus grandes dimensiones, de 2,5 metros de largo por 1,90 metros de ancho, la coronaban como el ejemplar de este tipo más grande visto en este Monumento Natural. Su presencia levantó curiosidad pero también preocupación porque este gran chucho negro o redondel con nombre científico Taenuriops grabatus quedó varado entre las piedras del corrales.
Han sido los corraleros de la Asociación de Corraleros y Pescadores de a Pie 'Corrales de Rota' los que durante un par de días se han empleado a fondo supervisando el bienestar de esta raya aportándole agua hasta cubrirla mientras la marea volvía a subir para que pudiera irse por sí misma de la zona.
Según ha explicado uno de los corraleros, Andrés Barba, estos animales suelen acercarse en esta época del año por la zona y no es extraño este tipo de avistamientos, aunque en este caso lo extraordinario era el tamaño del ejemplar y sus entre 130 y 140 kilos de peso aproximadamente.
En un principio, trataron de mover la raya usando unas cuerdas y trasladarla a una zona con mayor cantidad de agua para que pudiese respirar sin problemas hasta la llegada de la pleamar, pero dado el tamaño y el peso de la misma, todos los intentos fueron baldíos. Además, hubo que tomar precauciones para evitar que se produjesen daños personales al manipularlo, puesto que este animal posee en su cola un enorme aguijón que puede llegar a producir mucho daño a un humano.
La solución entonces, pasó por permanecer a su lado añadiendo agua mediante cubos a la poza en la que se encontraba, agua fresca y oxigenada, que le permitiera sobrevivir hasta la subida de la marea, algo que ocurrió unas tres horas más tarde, quedando la raya libre y nadando dentro del corral.
Sin embargo, aunque la asociación creyó que la raya se había marchado de la zona, con la bajada de la marea de nuevo, un corraleros que se encontraba en labores de despesque avisó a los corraleros de su presencia activándose el protocolo en estos casos para ayudar al animal a salir y que no muriera por asfixia ante la falta de agua.
Tras aportar agua oxigenada al sequero en el que había quedado atrapada, la raya consiguió el nivel de agua suficiente para no morir y mantenerse correctamente por sus propios medios. Una vez subió la marea, pudo abandonar el lugar.







































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