Pequeñas tiendas de barrio y bares se suman a esta iniciativa de las rifas y sorteos navideños

Aunque es un producto que se puede adquirir en cualquier época del año, parece que la Navidad es el momento propicio para que en todo hogar haya un jamón. La verdad es que casi nunca llega solo, ya que el queso, la caña de lomo o el chorizo ibérico se han convertido en fieles acompañantes que sirven para organizar cualquier comida navideña que se precie. A pesar de esta tendencia, este año con la crisis, son productos que pueden peligrar.

Sin embargo, los hay que tendrán suerte y estos suculentos alimentos podrán llegar a la mesa  desembolsando la módica cantidad de tan solo un euro. Bueno, un euro y algo de suerte porque la diosa fortuna tiene que jugar sus cartas para que el dinero invertido te ayude a llevarte a casa un lote de productos navideños que pueden ser una solución transitoria al  problema de afrontar las comidas navideñas sin rascar más nuestro bolsillo.

Es en este momento cuando las rifas y los sorteos a pequeña escala, es decir en las tiendas o bares de barrio, se convierten en un gran aliciente para la clientela más habitual y juegan un buen papel que ayuda a la economía familiar. Por ello, son muchos los comercios pequeños los que se apuntan a esta tendencia que tiene sus puntos fuertes entre los meses de noviembre y diciembre, justo cuando parece que comer jamón o ibéricos es casi obligatorio.

Pagar un euro, escoger un número y esperar a que la suerte nos mire de cara no parece una tarea difícil ni cara, y sin embargo, resulta muy gratificante si se es el afortunado. Antonio, dueño de una tienda de ultramarinos en la barriada de El Molino lo tiene claro. Lleva más de 15 años ofreciendo a sus clientes una rifa a la semana prácticamente desde mediados de octubre a finales de diciembre y piensa continuar con esta tradición los años que sean. Este roteño asegura que las rifas ayudan al comercio a obtener algunos ingresos limpios sin apenas esfuerzo. En su caso, los sorteos se realiza cada viernes desde octubre a diciembre y a una media de 30 euros de ganancia por cesta, se convierten en un pellizco con el que pagar algunos recibos. "Es una buena forma de sacar algún dinero extra que viene muy bien al comercio que está la cosa mala y las clientas están contentas porque hombre, si se llevan el jamón a su casa, pues por un euro, está muy bien", explica Antonio.

En su caso lo tiene fácil porque la mayoría de las personas que participan son habituales aunque asegura que cuando pasa el 22 de diciembre, la cosa flojea "porque parece que la gente ya está harta de jamón. Cuesta un poco más vender los números, pero se sigue haciendo hasta final de año".

Cada viernes por la noche, el número premiado en el sorteo de la ONCE, -las dos últimas cifras- , es el que marca quien se lleva el lote a casa y por eso, el sábado siempre es un motivo de alegría para alguien del barrio "porque tocar siempre toca, ya que los cien números del cartel están cogidos". Durante estas semanas, la cesta sorteada está compuesta de un jamón serrano de unos 6,85 kilos, una caña de lomo de unos 300 gramos, un salchichón ibérico de 300 gramos,  un chorizo ibérico de la misma cantidad, un lomo embuchado de 350 gramos, una botella de vino tinto y un cuchillo jamonero. Todo por un euro, vamos, una ganga.

Así precisamente se lo toman las clientas que aseguran que participan por la ilusión de que les toque el jamón, que es el principal atractivo de la cesta. "Es una alegría, yo todas las semanas cojo el mismo número y hay años en los que me ha tocado hasta dos veces. Parece una tontería pero te hace ilusión llevarte el jamoncito", comenta una de las afortunadas de la semana pasada que lleva jugando casi desde el principio. Pese a lo que pudiera parecer, la crisis no ha mermado este tipo de rifas, ya que según Antonio, un euro es poca cantidad de dinero y estando la cosa tan mala, la gente tiene más ganas de probar suerte por si acaso por solo un euro pueden llevarse el premio y pasar unas navidades con una mesa decente.

Quizás cueste algo más otros lotes que también se sortean y cuya participación asciende a 1,5 ó 2 euros, aunque el premio también es mucho mayor. "Este tipo de cestas muy completas cuestan un poco más y yo las sorteo dos veces en estos meses", explica el dueño de esta tienda mostrando el cartel que anuncia que por 1,5 euros te puedes llevar a casa polvorones, botellas de vino, un jamón, un trozo de queso, turrones, licores y hasta conservas.

En definitiva, y pese a la crisis, los hay que estas navidades comerán jamón por solo un euro. Un método que beneficia a partes iguales tanto al que lo sortea como al afortunado.