El bien y el mal
Todas las religiones primitivas partían de la idea de que existían dos entes, dos dioses o familias de dioses, dos fuerzas...que interferían en la Humanidad. Como el día y la noche. No existe ninguna religión de la antigüedad que no haya creado su propio Paraíso y su propio Infierno.
Sin embargo, en las religiones monoteístas Dios es uno. En estas no existen dos deidades contrapuestas.
Por ser la más cercana a mi Cultura, me fijaré en la Biblia, con respecto a la existencia del Mal tanto en el Judaísmo como posteriormente en el Cristianismo, ya que este partió del primero.
El Génesis es el primero libro de los que componen la Biblia. Para empezar hay que tener claro que el Génesis no es más que la explicación del origen del Mundo y del Hombre que se fue trasmitiendo entre el Pueblo de Israel de forma oral hasta que alguien (no se sabe bien quién, más bien quienes) quiso transmitirlo vía escritura. No voy a entrar a interpretar ya que los creyentes consideran a la Biblia un libro a la vez humano y divino (“todo lo que hay en ella procede del hombre, pero al propio tiempo procede de Dios”). Es una especie de inspiración (por definirlo de algún modo) , que se impuso como dogma en el Primer Concilio Vaticano. Pues bien, en el Génesis ya aparece la existencia del Mal en forma de la serpiente que tienta a Eva a comer del fruto fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.
En el Cristianismo, la aparición del Diablo (el Mal) se explica como un ángel que se rebeló contra su propio Creador, es decir contra Dios. Resulta difícil de explicar y de entender la existencia de un ser que se rebela contra el Ser que lo ha creado teniendo este la potestad de destruirlo, a no ser que ese ente se considere tan poderoso como el propio Dios (el Bien).
Sólo trato de decir que, también en el Cristianismo y el Judaísmo existe una dualidad de deidades, aunque se erijan como religiones monoteístas. También ocurre en el Islamismo. Al fin y al cabo, el Islam pertenece a las religiones abrahámicas (del profeta Abraham, el primer patriarca del judaísmo).
En el judaísmo se ve claramente las influencias asirias en la creación del Demonio. De hecho, a Satanás (el diablo) se le considera un adversario de Dios.
Otro vocablo para designar al Mal es el de Lucifer. La semántica de este nombre de ángel es el de “portador de la luz”. Así se denominaba al lucero matutino, el planeta Venus. Si alguien está interesado en el porqué este ángel se pasa al lado oscuro (nunca mejor empleada esta expresión), puede indagar sobre ello.
La mera consideración de la existencia del Diablo como un rebelde ante Dios, demuestra la existencia de dos deidades, como en todas y cada una de las religiones de la Edad Antigua. Otro cosa es la explicación, un poco enrevesada, para explicar la existencia de la Maldad en un mundo creado por la Bondad.
Claro que para los descreídos, como este que plasma en el papel sus impresiones y sus ideas cada semana, si Dios forma parte del pensamiento mágico de la Humanidad, a la existencia del Diablo le ocurre lo mismo. La bondad y la maldad no las mueve ninguna fuerza superior. Ambas son inherentes a la condición humana.
Juan | Martes, 11 de Junio de 2024 a las 19:02:50 horas
¡Qué se es, valiente o imprudente? ¿Cómo se puede abordar un tema tan profundo desde una ignorancia tan evidente?
Querido Franco (¡joder miedo da decirlo. Qué cruz llevas encima) dedícate a tus "cositas" y no te metas en tanta hondura porque para eso no basta con ser Franco.
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