Rocío Jiménez, una mujer cuya historia dio a conocer este medio la pasada semana como un caso de absoluta injusticia por dejación de las administraciones públicas y una ley que no la ha protegido, continúa a la espera de  poder volver a su vivienda tras haber estado viviendo en un trastero al tener su casa okupada desde hace tres años.

Tras salir en Rotaaldia.com denunciando su caso, Rocío recibió la llamada de ayuda de la ONG 'Humildad y Caridad' que le ofrecía la posibilidad de estar en un piso de acogida que tiene esta entidad en la localidad para personas con pocos recursos. Desde este jueves, 6 de junio, Rocío está empadronada en ese piso, donde tiene cedido el uso de una habitación con lo básico para dormir y dejar sus pertenencias, y una sala de estar, una pequeña cocina y baño compartido con las otras personas que habitan la vivienda.

Este paso le permite, aparte de haber salido del trastero en el que vivía y de estar pidiendo favores a una amiga, tener un sitio en el que empadronarse en Rota, una condición que era necesaria para poder solicitar algunas de las ayudas que el Ayuntamiento a través de los Servicios Sociales ofrece a personas en situación de exclusión social o vulnerabilidad.

De momento, ha podido empadronarse, lo hizo el jueves 6 de junio, y ha podido solicitar que le redacten un informe de vulnerabilidad para poder presentarlo en el juzgado y que este actúe con celeridad  ya que, aunque un decreto prohíbe los desahucios y alzamientos hasta el 31 de diciembre de 2024, este caso es especial, porque la dueña de la casa okupada está en mayor situación de riesgo y es más vunerable que los okupas que están en su vivienda.

Lo que se pretende, y de eso se está encargando Pilar, de la Plataforma de Afectados por la Okupación que la está ayudando desde hace año y medio, es que se haga justicia con esta mujer que se ha visto en la calle porque las administraciones no habrían actuado en su caso como correspondería.

La ayuda de 'Humildad y Caridad' ha sido clave para que Rocío pueda empezar a ver una pequeña luz, pero todavía le queda camino por recorrer.

De momento, está a la espera de que le den el informe de vulnerabilidad sobre su situación para poder presentarlo en los juzgados argumentando, en primer lugar, que no tiene donde ir porque su casa es su única propiedad y aunque la alquiló hace tres años, los inquilinos dejaron de pagarle a los dos meses, y ella, que entonces se mudó con su pareja,  fue desempadronada de oficio cuando rompió con él y se vendió la casa, quedándose sin lugar al que volver. En el escrito presentado en el Ayuntamiento de Rota con la ayuda de la Plataforma de Afectados por a Okupación, se deja constancia de que Rocío es más vulnerable que los okupas que están en su casa y que además, a estos, -una pareja con dos hijos menores-, se les ofreció desde los Servicios Sociales una alternativa habitacional para que abandonaran la vivienda y la rechazaron, algo que Pilar entiende que se debería haber puesto en conocimiento del juez, pero nadie hizo.

El cúmulo de infortunios y dejadez en las decisiones, ha llevado a esta mujer a  vivir varios meses en su trastero o en casa de una amiga pese a tener una vivienda en propiedad.

De momento, tiene cita con los Servicios Sociales el próximo 13 de junio, esperando que pronto se haga justicia con ella y pueda recuperar su casa además de encontrar un empleo.