Esta noche, en la madrugada del sábado 29 de octubre al domingo día 30, finalizará el horario de verano y todos los países de la Unión Europea deberán retrasar sus relojes una hora, es decir que a las 3.00 de la mañana volverán a ser las 2.00 horas. Una medida que se estableció con el fin de conseguir ahorro energético y aprovechar más la luz diurna.

El cambio de hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.  Desde la aprobación de la novena directiva, por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por lo que todos los españoles tendrán que estar atentos esta noche para retrasar sus relojes una hora.