Los roteños han formado largas colas esta mañana de Viernes Santo para ver a Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura, que en la pasada Madrugá se quedaron sin procesionar por la lluvia. Desde que a las diez de la mañana abrieran las puertas de la capilla situada en la parroquia de Nuestra Señora de la O, para permitir que el pueblo de Rota acudiera a venerar a una de las imágenes más queridas de la Semana Santa, el paso de ciudadanos ha sido incesante demostrando así el fervor que despierta el Señor de Rota y la Amargura en la villa. 

Aunque ha llovido esta mañana, los roteños no se han amedrentado y han ido directos a la capilla donde Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura esperaban en sus pasos la visita de quienes anoche se quedaron con las ganas de acompañarlos en su estación de penitencia. Ha habido un momento en el que, cuando ha cesado la lluvia en torno a las doce del mediodía, la larga cola ha llegado hasta casi la plazoleta del Padre Eugenio, rodeando prácticamente la plaza Bartolomé Pérez entera. En el interior, muchos cofrades, mayores y pequeños, han rezado ante Jesús y María, algunos de ellos, los más pequeños, con la túnica de hermano que hubieran llevado en la Madrugá.

Ha habido momentos de emoción y lágrimas porque existe para muchos creyentes una relación especial con el Nazareno. Más de 70 ramos de flores estaban depositados a los pies de los dos pasos como ofrenda floral a dos de los titulares más queridos en la villa.

Aunque la hora de cierre de la capilla para la visita que quería compensar la suspensión de la procesión, era a la 1 de la tarde, esta se ha visto obligada a cerrar más tarde para no impedir a nadie que quisiera ver en este Viernes Santo al Nazareno, se quedara sin hacerlo.

Termina así una Madrugá que con buen tiempo hubiera tenido a los titulares en la calle hasta las 12.30 horas de este viernes,  pero que sin estación de penitencia, también ha quedado claro que por algo, el Nazareno, es el Señor de Rota.