Cuadernos y libretitas
Los famosos cuadernos de Bárcenas, ¿se acuerdan? Luis Bárcenas, según publicó la prensa en el 2013, había pagado sobresueldos en dinero negro por cantidades comprendidas entre los cinco mil y los quince mil euros a diferentes cargos de su partido, el Partido Popular. Hay que recordar que este señor fue el tesorero del PP durante el año 2009, aunque había sido gerente de su partido durante casi veinte años. Es decir, conocía al dedillo las debilidades y los entresijos de la mezquindad de sus compañeros y compañeras de partido. El hombre anotaba las dádivas entregadas en unos cuadernos. Según se comprobó, estos registros de entregas empiezan con la llegada de José María Aznar al gobierno en 1996. Mariano Rajoy, que negó haber recibido nunca dinero en negro, es la persona que aparece en más ocasiones en la contabilidad manuscrita del ex tesorero como destinatario de diversas cantidades. Que en las anotaciones apareciera “M. Rajoy”, al parecer no era indicio de nada.
El dinero en negro que se repartían procedía de diferentes fuentes. Casi siempre de obras adjudicadas a empresas que, en agradecimiento por la labor, obsequiaba a los adjudicadores. Esto siempre ha funcionado (sigue funcionando) así. Hasta los monarcas más campechanos reciben “obsequios” de esta forma. Hasta los más “honorables” hombres catalanes aprovechan sus cargos para aumentar sus cuentas corrientes, aunque sea fuera de España. Pero claro, no todo se apunta en unos cuadernos como hacia Luis Bárcenas.
Ahora otro Luis, Koldo en euskera, hace su aparición en la escena de la corrupción. En esta ocasión las comisiones iban adosadas a la compra de mascarillas en plena pandemia de la Covid 19. Es lo que tiene los corruptos, que siempre aprovechan las coyunturas de cualquier situación para lucrarse. La situación, y el cargo que ostenta los corruptos. Si en el caso Bárcenas fue el tesorero del PP, en el caso Koldo lo es un ex asesor del que fuera ministro de Fomento, y hombre fuerte de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos.
Si Luis Bárcenas anotaba las prebendas repartidas a sus compañeros de partido en un cuaderno, Koldo García hacía uso de una libretita. En ambos casos, las anotaciones eran manuscritas. Debían pensar que a “internet lo carga el diablo”. Así que, mejor a la vieja usanza.
Catón el Viejo | Miércoles, 27 de Marzo de 2024 a las 15:35:07 horas
Eso de ser muy de izquierdas y apellidarte Franco parece que nunca lo has llevado bien Antonio... la gazpachera mental que llevas a cuestas es comprensible pero luego escribes estas paridas, quizás lo llevarías mejor escribiendo odas y poemas a la vida rural y a los pastorcillos de las colinas béticas, demasiado bien sabes que a corruptelas no se escapan ni uno.
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