Devoción, amor y honestidad en el pregón de Ignacio Liaño para anunciar la Semana Santa de Rota
Un padre y un abuelo subían anoche al escenario del auditorio municipal 'Alcalde Felipe Benítez' para presentar, orgullosos, a un nieto, el pregonero, que tomaba el testigo que tiempo atrás, también recogieron ellos cuando les eligieron para anunciar la Semana Santa de Rota en 1966 y 1986, respectivamente. La estampa de ver a Manuel Liaño, Juan Antonio Liaño e Ignacio Liaño, abuelo, padre y nieto, a los pies de una cruz que presidía la noche, anunciaba que este pregón aparte de esta nota curiosa e inédita, sería mucho más.
Ignacio Liaño Bernal, con los mismos 29 años que su padre pregonara en 1986 la Semana Mayor, se explayó en un pregón en el que dio muestras de su sobrado manejo de la lengua, pero "fiel a mi historia", comenzó con la misma oración que pronunció su abuelo y luego haría su padre en la misma cita que a él le tocaba repetir.
Con alma cofrade y vocación periodista compartió con un auditorio prácticamente lleno sus sentimientos más profundos. Sabía que se traía entre manos una gran responsabilidad y conocedor de que con amor todo es más fácil, no pudo tener mejor ejemplo en sus presentadores. Un abuelo que tras la llamada de su nieto a 134 días del pregón, empezó la batalla de ganarle tiempo a la vida para poder acompañarlo en un momento tan especial, y un padre que sabe que en sus faldas se forjó "una persona cristiana, soñadora e incansable", cuyo alma y corazón siempre vuelve al origen en el que vivió sus primeros sentimientos cofrades. A su padre, el que lo enseñó a "cantar", decía el LIX pregonero de la villa, y a "mi madre que me parió roteño", le dedicó una disertación hecha a base de verso y prosa. Fue su abuelo con un sentido "tuya es la voz, pregonero" el que le dio paso fundiéndose en un abrazo eterno para la memoria de ambos.
Como nazareno y servita, las dos profundas convicciones de fe en las que se mueve, Ignacio Liaño recordó su infancia con aquellos primeros trazos cofrades en su Rota natal a la que ahora, su profesión a veces le impide volver en cuerpo, pero que siempre lleva presente en el alma. Dolores y Nazareno, aunque también la patrona Nuestra Señora del Rosario y la virgen del Rocío, marcaron su corazón de niño y a ellas, como a las "cuatro reinas de Rota", les fue dedicando palabras de amor, de pura poesía y devoción. No faltó tampoco su permanente alusión a la esperanza, la que da nombre a la Madrugá Sevillana y que se encarga de retransmitir en Canal Sur, y la que le llena el corazón cuando el dolor asoma.
Ignacio Liaño volvió a los Domingos de Ramos de niño y acabó en el Domingo de Resurrección como hombre, donde todo acaba y comienza. Rompiendo el patrón clásico que pasea en orden por cada una de las hermandades que procesionan en la villa de Rota durante la Semana Mayor, el pregonero contó su historia de "seis amores en siete días" solo pensando con el corazón de quien anoche se sintió un privilegiado. A los presentes, pero también a los ausentes, especialmente a su "yaya" y su madre, se dirigió en un pregón de recuerdos y fortuna porque la Semana Santa "no es otra cosa que volver a cantar que Jesucristo y su madre nos ama". Y cuando la madre no está, el corazón se resiente, lo sabe bien porque tuvo el pregonero la desgracia de perder a la suya a la que en un precioso canto de emociones hizo presente con el dolor de un niño que no se repone y cada Viernes de Dolores la recuerda poniendo flores. Aquello que escribió cuando el mayor de sus amores partía y tuvo que soltarle la mano, quiso el pregonero compartirlo años después desde un atril en el que reconoció que cada Jueves Santo pasan 'Campanilleros' y mira al cielo por ella, cuando Dolores pasa por la Cuesta del Barrio.
En esta "Jerusalén a la roteña", se presentaba anoche este joven "con alpargatas gastadas y mirada honesta", recordando que fue al Nazareno y a los Dolores a quien aprendió a rezar, pero habiendo crecido entre la Esperanza, la Amargura, Soledad y Angustias, el padre Cautivo, la Salud, Jesús crucificado de la Veracruz, el Amor y el Cristo yacente. Para todos tuvo este pregonero un momento para "cantar", especialmente también para su Esperanza de Triana a la que pone voz en la narración de sus madrugás sevillanas, esas que ahora, por trabajo, le obliga, solo físicamente, a soltarle la mano al Nazareno, pero nunca del todo.
Y pasando por iglesias y capillas, por cortejos y calles roteñas, por noches largas, tardes soleadas y madrugadas, llegó el pregonero al "blanco cegador de la salvación". Tras un ejercicio de fe indudable, quiso Ignacio Liaño pregonar al mundo entero que no había mayor bendición que la de ser pregonero.
Como colofón, y ante un escenario en el que escucharon atentamente el alcalde de Rota, Javier Ruiz Arana, el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, José Manuel Sánchez Peña, los párrocos y asistente eclesiástico José Arjona Gil y Roberto Romero, y el padre y abuelo del pregonero, Ignacio Liaño elevó su particular credo: "Yo creo que Rota es Belén, por más que tenga Calvario, creo en su madre Rosario,y creo en el mal y en el bien. Yo creo que Rota es Edén, donde la Cruz es altar, donde hay nostalgia al mirar, otro Domingo de Ramos, sueño que siempre soñamos, y es lo que vine a contar".
'Campanilleros', interpretado por la banda municipal de música 'Maestro Enrique Galán' puso el broche de oro a un pregón que se prolongó en hora y media y que fue un ejemplo de fe y amor.
Puedes ver el pregón completo aquí


















































Replica | Martes, 19 de Marzo de 2024 a las 10:24:12 horas
Rocky, eso fue un acto de carácter cristiano, y un tipo que apoya con todas sus ganas a Pedro Sánchez y sus politiquillas canallas, no merecía estar arriba. Abajo con Manrique y demás pues hubiera estado algo más consecuente con el protocolo.
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