Tal vez hayan ustedes escuchado hablar de Franz Kafka y su novela 'El proceso'.
Empezando así el artículo, y con la amenaza de un ladrillazo de tomo y lomo, le disculparé si deja de leer, pero, con humildad le pido que me dé un voto de confianza.

Gracias por seguir, es usted muy simpático.

Aunque Kafka pidió que destruyeran todos sus escritos y este libro no está terminado, un amigo suyo (un tanto cabroncete) decidió publicarlo y el libro se hizo muy famoso como monumento al absurdo. De hecho, el término kafkiano significa absurdo, precisamente por todo esto que les cuento.

Con esta arriesgada introducción iré al tema que quería tratar.

He presenciado atónito en las elecciones gallegas cómo se ha querido encalomar la culpa de la Ley de Amnistía catalana al Partido Popular. Sin ningún empacho ni pudor, los líderes más fulgurantes del PSOE han ido a la tierra del pulpo a decir que el PP ha negociado con Puigdemont y, básicamente, que le querían poner un piso.
Vamos a ver, almas de cántaro: Que el Sr. Sánchez es Presidente porque se ha bajado los pantalones hasta el nife y más allá con Puigdemont. El argumento no puede ser que alguien hablara con Junts para no aceptar su extorsión si tú, Sánchez, te has humillado hasta lo indecible para bajar la testuz y aceptar lo que te manden.
Es de un absurdo tal que no podía dar crédito. Ni Kafka supera eso.

Menos mal que los gallegos han visto el truco baratero y los han dejado hundidos en nueve diputados. Aunque se ha explicado que esto es un fracaso para el PSOE, a mí, por sus méritos, nueve me parecen muchos.
No gobiernan en Galicia, lo que es una buena noticia para todos los gallegos y para la decencia.
Casi inmediatamente surge el 'caso Koldo'.

Es de recordar que Pedro Sánchez ha estado calumniando, cada vez que le han puesto un micrófono, a Isabel Díaz Ayuso y a su familia con el tema de la compra de mascarillas.
Lo mismo le daba que el caso fuera archivado por no suponer infracción penal y que no exista causa abierta en los juzgados. Don Pedro ha seguido con la infamia una y otra vez. Y de ahí que Isabel acuñara la frase “Me gusta la fruta” por no decir otra cosa con rima consonante.

En su momento Ayuso, y ante la ignominia de una Administración superior que intenta constantemente humillar y avasallar a una inferior, avisó que pensaba denunciar los contratos misteriosos de compra de material sanitario que ya se rumoreaban tenía el PSOE.

Pues llevamos una semanita larga desayunando con las marisquerías, los fajos de billetes y los corruptos del PSOE.

Ha caído la mano derecha de Sánchez, José Luis Ábalos, por supuesto Koldo y algún alto cargo PSOE pringado con los contratos infames de mascarillas y material sanitario. Tampoco van bien parados, ni les pinta bien la cosa, al ministro canario Torres ni a la presidenta balear Francine Armengol

Lo que viene siendo el corruPSOE. Que esto no es nuevo y lo sabemos bien en Andalucía.
En el mismo momento que por urgencia sanitaria se levantaron los controles del gasto de dinero público, los socialistas montan una orgía de aquí te espero.

Lo curioso de todo el tema es que si escuchas a las ministras “chic” o al vaina de Patxi López te dirán que quien tiene que dar explicaciones de las mordidas de este escandalazo es el PP.
Ni Kafka.