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Carlos Roque Sánchez
Sábado, 09 de Marzo de 2024

Enseñar y aprender

[Img #215345](Continuación) Criticidad y ajedrez. El primer punto de dicho argumentario, el del pensamiento crítico, lo relaciono con el ajedrez, una actividad (juego, arte, deporte, filosofía, ciencia, usted mismo) que ya ha venido a esta tribuna digital y de la que me interesa para la cuestión que nos trae hoy aquí, mencionar una renombrada investigación realizada en los Países Bajos, allá por los pasados años 50 del siglo XX. Se utilizó un tablero de ajedrez con piezas dispuestas, bien de cualquier modo o bien según un momento de una partida, que observaron durante un tiempo una serie de personas y cuyas posiciones debían recordar después. La muestra se componía de dos grupos, uno de novatos en ajedrez y otro de expertos.

 

Y el resultado del análisis fue más que curioso: mientras que ninguno de los dos grupos se acordaba bien de cómo estaban dispuestas, cuando las fichas lo estaban de cualquier modo; los expertos superaron con mucho a los novatos, cuando las piezas estaban colocadas según un momento determinado de una partida. Lo que se interpretó asociándolo al mucho tiempo que los jugadores dedican a estudiar distintas partidas, jugadas por maestros, que identifican con nombres propios. Así son capaces recordar un número increíble de ellas con un grado de automatización tal que, con solo ver el tablero, saben qué pieza mover, aunque estén jugando una partida simultánea contra veinte jugadores menos expertos. Utilizan la memoria para ejercer su criterio. (Claro que para eso no hacen faltan nuevas tecnologías, sino alumnos con ganas de aprender. O sea, estudiantes. Y profesores que puedan, quieran, sepan y les dejen hacerlo. O sea, maestros) Sí, lo que se imagina, en la misma pizarra de Física.

 

Creatividad y Artes. Tres cuartos de lo mismo podemos decir del proceso creativo, un talento, con justicia valorado, pero mucho me temo que, como ocurre con el pensamiento crítico, no hay creatividad sin aprendizaje previo. Por ponerle dos ejemplos, los hartos conocidos de Mozart y Picasso, cuyos padres eran profesores que les enseñaron desde muy pequeños lo esencial de su arte y los obligaron a practicar. Y es que no es posible crear un estilo propio sin antes haber interiorizado buena parte de lo desarrollado por los que nos precedieron; es una estulticia afirmar que alguien puede ser muy creativo tocando el violín, si antes no hubiera aprendido a tocarlo. No, no se puede crear desde la nada, nadie crea desde la nada. Consideramos que algo es creativo cuando combina dos elementos que nunca antes se habían mostrado juntos y, además, resulta nuevo y relevante en el contexto en el que se muestra; dos características que exigen saber mucho de lo que se está tratando pues, cuanto más se sepa, más probable es encontrar esa creativa combinación. Se utiliza la memoria para desarrollar el proceso creativo.

 

Comunicabilidad y docencia. Qué duda cabe que esta tercera habilidad, tan puesta de moda, es de tremenda importancia para los profesores y, quizás también, para los periodistas que están en el mundo llamado de la comunicación ¿Es posible ejercerla sin conocer en profundidad la materia tratada? ¿Se puede sin dicho conocimiento poner énfasis en lo esencial y adaptar la información/enseñanza del contenido al nivel de comprensión de los lectores/alumnos?, en mi opinión, que no es universal pero sí prescindible, no. No hay ningún método que permita comunicar algo de manera adecuada y eficaz sin conocer previamente el tema. Hay que utilizar la memoria en la capacidad para comunicar, y no me resisto a ponerle un ejemplo más, éste estadounidense. A dos grupos de escolares se les repartió un texto de pocas líneas donde se mencionaban los nombres de los generales Lee y Grant y la palabra ‘negociación’, y se les pidió que explicaran lo que habían leído.

 

El grupo de los “menos preparados” solo dijo que se trataba de dos militares, mientras que el de los “más preparados” explicó que Lee y Grant estaban relacionados con la guerra de Secesión, que ésta se desarrolló en el sureste de los Estados Unidos y que la palabra negociación, quizá se refería al final de la guerra. Como la guerra se desarrolló entre 1861 y 1865, se trataría de este último año y, dado que las últimas batallas tuvieron lugar en Virginia o sus alrededores, probablemente el texto hacía referencia a algún sucedido en dicho lugar y año. Destacar que no existe ningún método de lectura que permitiera a los adolescentes del primer grupo deducir si estos generales realmente existieron o no, así como que, los del segundo grupo habían expresado algo que no provenía del texto, sino de sus conocimientos previos. Comprendieron que se trataba de algo real, aunque lo más probable es que no supieran si realmente hubo negociaciones.

 

Sí, todas esas funciones del pensamiento se originan en el conocimiento previo, base para poder ejercer esas tres habilidades, tan altamente valoradas en el siglo XXI, como son el pensamiento crítico, la creatividad y la comunicación. (Aprender a aprender. Aprender a enseñar. Enseñar a aprender. Enseñar a enseñar). Lo dicho.

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

 

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