La parroquia de Nuestra Señora de la O acogió en la noche de ayer sábado una de las citas importantes de Cuaresma para la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno con la X Exaltación de la Madrugá y la presentación del cartel anunciador de la noche más destacada de la Semana Santa.

Con los acordes de la banda de música de la Hermandad del Nazareno acompañando, comenzaba este acto al que acudieron  autoridades locales, hermanos mayores, miembros del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, cofrades y ciudadanos en general.  Una fotografía de Leopoldo Almisas Romero, elegida por la junta de gobierno de la hermandad, ha sido este año la elegida para anunciar una Madrugá para la que muchos roteños se van preparando. Su autor reflejó el paso del Señor de Rota por el colegio Nuestra Señora del Rosario, y con su elección se ha querido hacer un homenaje a este centro salesiano por su 75 aniversario. Tanto el autor de la fotografía como un representante de la empresa Aluminios-Gallero Rota, que colabora en su edición, recibieron una réplica del cartel que descubrieron el párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la O, José Arjona Gil, la teniente de alcalde Encarna Niño, y el hermano mayor del Nazareno, Antonio Barba.

Tras esta primera parte del acto, en la que también se tuvo un detalle con el director de la banda de música, Daniel Gallero Cabeza de Vaca, por sus 21 años al frente de la formación musical, tomaba la palabra Pablo Barba Gallego para  presentar a Manuel Laynez de los Santos como décimo exaltador de la Madrugá. Pablo conoce bien esta noche por su vinculación familiar a la salida del Señor de Rota, no en vano, es capataz del paso de María Santísima de la Amargura que procesiona en una noche en la que el exaltador es costalero. Y es que Manuel Laynez de los Santos es un hombre de fe, cofrade roteño con vínculos muy cerrados a varias hermandades locales como la del Rocío, la Veracruz o el Nazareno, tanto es así, que es el hermano costalero más longevo del Martes Santo con 43 años continuados bajo las trabajaderas.

Como hombre de valores, humilde, que hace hermandad desde su casa, buen cofrade y roteño, se presentaba ayer Manuel Laynez que dedicó una exaltación muy poética al Nazareno de Rota comenzando con unas bonitas palabras de cariño a Antonio Sánchez Rizo, quien fuera hermano mayor de la hermandad, fallecido el pasado noviembre.  A continuación, recuperó unos versos que él mismo tuvo la oportunidad de pronunciar en el pregón de la Semana Santa de Rota en 2016 dedicados al Señor de la villa y agradeció la confianza de la hermandad en su persona para desempeñar un papel como el de anoche, que le daba la oportunidad de compartir sus sentimientos más puros hacia "el de la cruz de carey".

Como todo roteño, Manuel Laynez de los Santos recordó que desde pequeño le inculcaron el amor al Nazareno aunque en ese camino como hombre de fe, su trayectoria viró a San Roque, donde se encontró con Nuestro Padre Jesús Cautivo, quedando prendado y compartiendo desde hace décadas devoción.

El exaltador hizo ayer un ejercicio poético dirigiéndose al Señor de la villa marinera que le permitió desgranar vivencias, sentimientos y sobre todo, emociones. Sin saber muy bien cómo se describe la fe, se fue directo al corazón donde encontró las palabras para compartir con los presentes el anhelo de la Madrugá cada Semana Santa; una madrugada siempre igual y siempre distinta con una imagen en el centro. Precisamente, a la talla de Jesús se refirió el exaltador preguntándose de dónde salió y recordando la leyenda que se cuenta de que fue un peregrino que llegó a Rota el que, sin nada más que ofrecer que su virtud tallando madera, pidió cobijo y comida una noche a Guzmán 'El Bueno'; este se la ofreció y encerrado en una habitación, pidiendo no ser molestado con un trozo de madero, un buen día el peregrino desapareció y el criado que le había estado proporcionando agua y pan, no recibió respuesta encontrando en el centro del habitáculo del Castillo de Luna la impresionante imagen de Jesús Nazareno que procesiona cada Semana Santa. Manuel Laynez de los Santos le puso ayer de nombre Baltasar a ese peregrino "que esculpió el sueño que tuve desde la cuna".

En este viaje espiritual, el exaltador no se olvidó de María Santísima de la Amargura "que alumbra la Madrugá" y enseña el camino ofreciendo su manto protector, decía, donde llega la desdicha; siendo costalero, tampoco se olvidó de rendir homenaje a los hombres que cargan sobre sus hombros el peso de su cruz.

En el final de su exaltación, Manuel Laynez reconoció haberse enfrentado a un folio en blanco que finalmente acabó llenando de sentimientos y en el que escribió palabras claves para resumir "mi madrugá nazarena".