Hace una semana y media, los propietarios de una vivienda situada en uno de los bloques del Residencial Serrano, situado cerca de la playa del Chorrillo,  vieron cómo su domicilio era okupado  siendo la cuarta vivienda del bloque que estaría en la misma situación.

El caso es que los dueños se sienten totalmente desamparados ante la ley y aunque han pasado más de diez días desde que unos desconocidos forzaran la cerradura de su vivienda y entraran en ella para quedarse, se quejan de no tener ninguna información al respecto sobre el punto en el que está el proceso para poder recuperar su propiedad. Por eso, por indignación, por alertar a otros ciudadanos de que pueden ser víctimas igual que ellos, y en parte, como desahogo, quieren hacer público su caso, reconociendo que están viviendo con estupor el funcionamiento de la ley que se aplica en estos casos y la desprotección absoluta que sienten.

Los hechos ocurriendo en la semana del 15 al 21 de enero. Aunque es una vivienda de segunda residencia, viviendo los propietarios en Sevilla, es un domicilio al que acuden con asiduidad dado que es compartido por varios hermanos. Es más, como explica uno de ellos a Rotaaldia.com,  hace poco  más de dos semanas que estuvo habitada por su hermana hasta el punto de que incluso había comida en la nevera. Quieren dejar claro con esto, que no es una vivienda que estuviera en desuso o cerrada durante largo tiempo, y que sin embargo, ha sido objeto de los okupas.

Según ha relatado a este medio, hace una semana y media recibió sobre las 18.00 horas la llamada de una vecina que vio prácticamente en el momento cómo los okupas estaban entrando en la vivienda, llamando inmediatamente a la Policía Nacional, que se personó en el lugar a las 18.30 horas pero sin que, explica este afectado, al parecer, se pudiera hacer nada. Fue sobre las 21.00 horas, teniendo en cuenta que el propietario reside en Sevilla, cuando llegaron a Rota y volvieron a personarse con la Policía Nacional viendo cómo el interior de su casa tenía las luces encendidas comprobando con sus propios ojos que, efectivamente, alguien había entrado en su casa. Según la información que tienen, los okupas forzaron la cerradura para acceder al interior y la cambiaron por una nueva dejando a sus legítimos dueños sin acceso a su propiedad. 

Ahí empezó un camino de desesperación que no conciben, y que reconocen que pensaban que nunca les pasaría, pero se han topado con otra realidad en la que lo que más sienten, no es solo la desinformación que argumentan tener sobre el proceso, sino el absoluto desamparo.  Dispuestos a mover cielo y tierra para recuperar su casa, saben que la ley no les protege y por tanto, a lo máximo que han podido llegar, aparte de denunciar el mismo día, es a dar de baja los suministros de luz y agua, que han tardado siete días en poder hacer efectivo. Suministros a los que, por cierto, estaban enganchadas las otras tres  viviendas okupadas en el mismo edificio, donde dos pisos de la primera planta y dos pisos de la segunda, estarían en la misma situación. Lo que les preocupa es que, ahora que ninguna de las viviendas tiene luz y agua, los nuevos moradores hayan realizado algún enganche eléctrico ilegal al contador general del edificio y que eso pueda suponer un riesgo que desemboque en una situación aún más dramática.

A la espera de un juicio penal, que ya temen los afectados que va a tardar, este propietario quiere exponer su indignación y preocupación a partes iguales, reclamando acciones contundentes para este tipo de casos. De momento, es el Juzgado de Instrucción número 1 de Rota el que indica a este medio que se hace cargo de la situación, aunque a día de hoy, denuncia, ni siquiera tienen número de procedimiento para al menos, con su abogado, poder ir dando algunos pasos con el objetivo de revertir la situación y recuperar su casa.

Tras más de una semana y media desde que ocurrieron los hechos, quiere hacer pública su situación reclamando que la justicia sea ágil y acelere los procesos necesarios insistiendo en la desprotección total de quien pierde la oportunidad de volver a su vivienda por unos okupas. No solo no pueden volver a su residencia sino que temen el estado en el que esta puede quedar una vez vuelva a tener acceso a ella.