Juan Montes
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FINAL DE UNA VENDIMIA
Tras muchos años de duro trabajar entre terrones que se esparcen por los pagos costeros de esta bella población roteña, los hermanos “Rosita” comparten mesa y mantel, bueno, no había mantel pero es igual, mesa y algo más, algunas viandas. Entre sus actividades campestres está la explotación de las cepas que meses más tarde les darán ricos manjares de vides de una gran diversidad de gustos y sabores. De esto sabe y mucho Cayetano “Rosita” y su hermano Enrique. Al final de la cosecha siempre en fechas cercanas a las postrimerías del mes de agosto o comienzos de septiembre, el pago de la víbora recibe amigos por doquier quienes con su apoyo hacen posible la vendimia de esta escueta parcela de unas aranzadas de tierra mimadas de principio a fin por un mayeto de pro. En dicha parcela degustan de unos buenos vinos en fechas señaladas, de unos buenos chicharrones, algo de buen queso aderezado por otros caldos llámese al mismo vinos preparados para el evento.
La vendimia es una de las actividades más destacadas dentro de la amplia oferta del enoturismo, un sector que cada día trabajan las bodegas para completar la difusión del mismo. Aquí en esta parcela rústica, emblemática y bien trabajada, el mundo de la vid está evolucionando en una gran diversidad de clases de uvas las cuales tienen un sabor inigualable ante el mimo entregado de su progenitor Cayetano "Rosita".
Hace unos días se dieron cita en su pago costero “el "Guapo", los hermanos “Rosita”, Milán "el Guardia", Jorge, Agustín “Masuelto” y Juan Caballero “Cigüelo”. Todos para degustar de un rato de convivencia, charlar sobre lo divino y lo humano además del final de la vendimia. Un año de bienes, buen tiempo, buena uva y se antoja que buen precio.... “Masuelto” el panadero hacia comentarios de su buen ganado descanso en una de las empresas panaderas de más calidad de nuestra población, el pan, las magdalenas y otros productos destacaban de sobremanera entre los demás. Sincero pero afable, comedido en sus comentarios y simpático, buena gente.
Juan Caballero “Cigüelo” preparó un buen vino de la cosecha de "Rosita" de un exquisito paladar que degustaron los asistentes ante la emoción y felicidad por la calidad conseguida en la elaboración del producto vitivinícola.
Jorge es un roteño enamorado de su pueblo, sencillo, un amigo que sabe escuchar, ayudar y compartir. Allí disfruto de los comentarios a veces jocosos de algunos de los asistentes fiel colaborador de la vendimia de los hermanos “Rosita”.
Enrique iba y venia al chicharrón, la copa de vino y la felicidad de estar relajado después de un verano entregado a sus viñedos.
Cayetano, el jefe de la parcela, sabe que sus amigos disfrutan en estas tertulias y para él, recibir visitas es todo un placer habida cuenta su sencillez en todo lo que se trae entre manos. Es buena gente y amigo de sus amigos. Jose Milán "el Guardia", así era su profesión durante sus años de funcionario municipal, participa muy a menudo en estas charlas rodeados de amigos analizando entre ellos todo lo que acontece en la población roteña Desde el mundo de la política hasta el paro pasando por sus visitas al extrarradio en aras al descanso deseado.
Siempre es relajante poder disfrutar de estos momentos entre amigos donde todo se comparte y donde el buen ambiente reina entre los integrantes de esta cita anual con una gran diversidad de profesiones las cuales engranadas entre sí formarían un todo en lo que concierne a actividades diversas.
Cayetano “Rosita”, su hermano Enrique, Jorge, Juan “el Cigüelo”, "El guapo", "Masuelto" y José Milán, departieron unas horas de tertulia para volver de nuevo a rutina diaria. Allí disfrutaron de lo lindo. Comentarios de toda índole, jocosos y no jocosos, pero al fin y al cabo, entre amigos, es un titular que siempre está aderezado de buenas viandas y un caldo relajante...
Decía Aristóteles que la amistad perfecta es la de los buenos y de aquellos que se asemejan por la virtud. Es por ello que desean el bien común como sello de amistad. En esta cita quedó demostrado que la amistad está por encima de cualquier otra opción ante la suerte de compartir momentos inigualables con gente sana y gente de bien. La sencillez de la gente de un pueblo costero.
Cuando las tardes soleadas de septiembre anunciaban la llegada del otoño, la cosecha estaba realizada, y el campo nos deleita y nos sorprende con sus luces, tonos, colores y matices más diversos. El cromatismo de las vides deslumbra nuestra retina. El perfume que desprende el tomillo y el romero sembrado a ambos lados del camino, impregnan esos paseos al atardecer por las sendas del pago reseñado. Entre los árboles frutales auténtico derroche de sabores y olores sentarse en sus aledaños es todo un placer para el descanso y los sentidos. Cayetano mira a lo lejos ante la nostalgia de un nuevo año de cosecha, tendidas a la sonada de los atardeceres cálidos que invitan al paseo silencioso a veces roto por el canto
de una perdiz ante unos senderos bordeados de viñedos dorados por el sol. Un cultivo dominante en estas tierras fueron el sustento de miles de hogares. Ahora, todo eso casi queda en el recuerdo. Cayetano y algunos más del entorno campestre siguen erre que erre en la siembra y recolección del buen afamado vino de tintilla y moscatel... Tú sí que vales.












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