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Carlos Roque Sánchez 1
Sábado, 16 de Diciembre de 2023

‘Primero vinieron’ (y 2)

[Img #208927](Continuación) Desecho el equívoco acerca de la autoría -una batalla librada entre la autenticidad del religioso alemán Niemöller, el oportunismo del compatriota comunista Brecht y la ignorancia del que firma ‘Anónimo’-, es hora de ponernos manos a la obra en lo que se refiere tanto a su contenido como a su origen. Y todo con la finalidad de deshacer el enorme malentendido que acompaña a este texto, atravesado desde hace décadas por el error frecuente, la contradicción existencial, el cambio permanente de sus formas, la aprobación post mortem de su versión escrita y la desfachatada falacia de ciertos “demócratas”. Lo dejaré ahí.

 

La verdad de la mentira. Contenido. Como seguro ya se habrá imaginado, su historia no es ajena a las terribles vivencias de su gestor junto a comunistas, socialdemócratas y judíos en los campos de concentración nazis. Ellas fundamentaron lo mollar y el destino del escrito, que se empezó a pergeñar durante una visita que Niemöller realizó al campo de Dachau, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, allá por noviembre de 1945. Sin lugar a duda, el pastor luterano hace referencia a las aterradoras consecuencias que se derivan de un hecho, aquel en el que los hombres no ofrecen resistencia a las tiranías cuando éstas empiezan a establecerse. Nos previene del peligro de la indiferencia humana y va dirigida a los intelectuales alemanes que por cobardía -entre otros factores- permitieron el ascenso de los nazis al poder y sus horrendos resultados, entre ellos las subsiguientes purgas de grupos de seres humanos. Indiferencia como antesala a una puerta abierta al Mal (con mayúscula), eso es lo que viene a ser esta especie de axioma, con profundo sentido universal, que se me hace muy parecida a una cita, la pronunciada dos siglos antes por el padre del liberalismo conservador británico, el polímata Edmund Burke: ‘Lo único necesario para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada’.

 

La verdad de la mentira. Origen. Hasta donde me consta, el escrito tiene que ver con el periodo que el pastor luterano permaneció en los campos de concentración y lo pronunció por primera vez en el sermón de la Semana Santa de 1946, en Kaiserlautern, Alemania. El texto se titulaba ‘¿Qué hubiera dicho Jesucristo?’, estaba centrado en la apatía del pueblo alemán ante la crueldad nazi y nunca fue un poema. Y aunque a lo largo del tiempo creó varias versiones, mencionando a diferentes grupos humanos, siempre mantuvo el impacto del texto con el mismo recurso: pasar del grupo más pequeño y alejado al grupo más grande y próximo. Sobre el suspecto título, del en origen inexistente poema, ya se puede imaginar que la polémica está más que servida. Así, a vuela tecla, me vienen a la vista: ‘Primero vinieron’, ‘Ellos vinieron’, ‘Los indiferentes’, ‘Cuando los nazis vinieron...’, ‘Cuando los nazis vinieron por los comunistas’, ‘Primero se llevaron’, ‘Y por mí vinieron…’, y así ad nauseam.

 

La verdad de la mentira: Otras versiones. Como decía mi abuela María, “el undécimo, Carlitos, no molestar”, así que no abuso de su amabilidad y lo dejo aquí, no sin antes ponerle sobre la pista de otras versiones por si están interesados en el tema. La primera de ellas se encuentra en el Museo Memorial del Holocausto de los EE. UU. y el poema que allí está presenta una inquietante singularidad pues se le ha quitado su primera frase, la que hace referencia a los comunistas ¿Por qué? Sin abandonar el país, existe otra versión presentada por un congresista en 1968, en la que la omisión comunista viene acompañada de una inclusión, la de los industriales, a todas luces un anacronismo ¿Cómo es posible…? Y una versión más, quizás la más trascendente en todo este despropósito. La protagonizó la actriz Cipe Lincovsky, amiga de la viuda de Brecht, quien juró que el poema lo había compuesto éste en Berlín, tras el triunfo de Hitler en las elecciones de 1933. Y no contenta con ello, en una vuelta de tuerca más, deslizó la idea de que dicho poema hubiera podido llegar a las manos de Niemöller unos diez años después, quien se lo habría apropiado ¿Cuándo? En fin.

 

‘Primero vinieron’. Adenda. Y por supuesto quedan las inevitables preguntas en el aire, “Pantoja, dixit”: ¿Cómo se inició todo este malentendido entre pastor y escritor? ¿Qué papel juega en él, la “Asociación de Mujeres Universitarias de Madrid”, durante la temporada teatral 62/63 del siglo pasado? ¿Por qué Brecht y no otro? ¿Qué es el teatro científico? preguntas en busca de respuestas, que diría Pirandello.

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

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  • José Luis Pineda Acosta

    José Luis Pineda Acosta | Miércoles, 20 de Diciembre de 2023 a las 13:51:13 horas

    La banalidad del mal Hannah Arendt ,un sistema de poder político el Nazi/fascismo para exterminar a todo ser humano que no se sometan a las ideas de asesinos como Hitler o Franco, hoy deseado aún por VOX/PP.
    Media España continua apoyando.

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