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Redacción 3
Miércoles, 27 de Septiembre de 2023

Contra el Perroflautismo

Diez bofetadas al lenguaje inclusivo (aunque igual ya vale con la 4 y la 10)

por Balsa Cirrito

[Img #203247]Una de las chorradas más chorris de las chonis del nacional feminismo es la del lenguaje inclusivo. Aquí ya no valen matices, es un disparate de principio a fin. Pero como ya lo he tratado alguna que otra vez, voy a dejar claras mis razones de forma sintética y elegante.


1- El lenguaje inclusivo es una importación del inglés. En inglés no significa gran cosa, y, en realidad, solo discuten por los pronombres, ya que es un idioma sin género gramatical. Pero en español, al existir los géneros y al tener que concordar los sustantivos con los adjetivos, el lenguaje inclusivo supone una complicación que supera el idioma por todos lados, más o menos como un gramo de generosidad a Alexia Putella.


Dicho de otra manera: es casi imposible de aplicar.


2- Las lenguas son sistemas de signos. ¿Y qué significa eso, queridas feminichonis? Pues significa que todo depende de todo. Que si cambias algo en un sitio afecta al conjunto. Para que se entienda. En Andalucía, cuando alguien tiene previsto marchar al día siguiente a pegar tiros al campo, no se dice: “Mañana me voy a cazar”, sino “Mañana me voy de cacería”. Y la razón es que el ceceo hace que en muchos lugares casar y cazar suene igual. Para evitarlo se introduce el vocablo cacería. Esto es una muestra de cómo el ceceo, un hecho lingüístico marginal, influye en el sistema de la lengua en un lugar muy alejado dentro de ese sistema. La aplicación del lenguaje inclusivo supondría un cambio tan radical, tan absoluto, tan masivo que, virtualmente, tendríamos que aprender un nuevo idioma. Un idioma, por cierto, artificial.


3- Voy a revelar un secreto. El idioma español no lo inventó Santiago Abascal para fastidiar a Yolanda Díaz, ca, el idioma español tiene un montón de siglos. Si empezamos a tirar para atrás, venimos del Indoeuropeo, luego el latín, y luego el castellano, todos con largas, larguísimas evoluciones que duran milenios. Durante todo ese tiempo se ha ido perfeccionando, convirtiéndose en una herramienta cada más eficaz e - importante -
cada vez más precisa y concisa, lo cual contribuye a su eficacia. El lenguaje inclusivo es, precisamente, lo contrario de la concisión y la eficacia.


4- Economía. Como sabemos los lingüistas (aunque seguramente en el Welthauptstadt de las radicales lo ignoren), la comunicación tiende irreversiblemente a la economía del lenguaje. Esto significa que tratamos (todos, en todos los países e idiomas, y en todo tiempo y lugar) de producir mensajes breves. El idioma y los hablantes (excepto los políticos en ejercicio y los locutores argentinos) tienden a utilizar el menor número de palabras para crear un mensaje. Es una ley lingüística que nadie discute fuera de la familia de Irene Montero. Sin embargo, el lenguaje inclusivo propone precisamente lo contrario. Es decir, las nacional feministas pretenden torcer el cuello a las tendencias humanas naturales y desairar a todos los estudiosos del asunto. Claro, que ni ellas mismas se lo creen. Imaginen una situación en la que, en un colegio, se produce un amago de terremoto. ¿Qué creen que dirá la maestra? ¡Niños, corriendo al patio!, o ¡Niños, niñas y niñes, corriendo para el patio! Esto parece una coña, pero no lo es. Se trata de un asunto que afecta a la misma esencia de la comunicación.


5- Querer cambiar el idioma more turquesco, o sea, en plan despótico, es una aspiración de todas las dictaduras que en el mundo han sido. Desde le Comité de Salvación Pública hasta Francisco Franco y la Falange, pasando por Adi Hitler y la URSS.


Controlar el idioma es - o eso creen - llevar el agua a determinado molino ideológico. Pero, en fin, tanto el Comité de Salvación, como Franco, como los falangistas, como los nazis o los comunistas tuvieron el mismo éxito. O sea, ninguno.


6- El género es un concepto gramatical, no sexual. Por supuesto, la aberrante ideología de género hace creer lo contrario. Pero masculino y femenino son marcas gramaticales para que las palabras concuerden y no otra cosa. Esto significa, como he contado más de una vez, que ni los árboles tienen pene por ser término masculino ni las
mesas vagina por ser femenino.


7- ¿Y qué me dicen de nuestra cultura, de nuestra literatura? Si se aplicaran los cambios que piden (más bien exigen) las inclusivistas todos los libros españoles anteriores al momento en que se aplicaran serían ilegibles. Y, hombre, podemos entender que la lectura del Cantar del Mío Cid resulte complicada, ya que se escribió hace cosa de ochocientos años, pero con los cambios inclusivos no podríamos leer ni a Pérez Reverte que está bien vivo. Igual es algo que a las feminichonis les da igual. A mí no.


8- Otra de estética. Soy escritor, y el lenguaje inclusivo perjudica el arte. Es difuso,  diluye en varias palabras expresiones más concretas, y hace mucho más difícil el logro de esas expresiones quintaesenciadas que son la gloria de la literatura. Por poner un ejemplo que todo el mundo conoce “Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.


Es una frase sintética y certera. Si dijéramos “Paz en la Tierra a los hombres y mujeres de buena voluntad” sonaría al inicio de un discurso de Rodríguez Zapatero, y perdería la fuerza de su sencillez.


9- Y, ¿para qué? Digo yo, para qué sirve el lenguaje inclusivo. ¿Qué ganan las mujeres? De hecho, cabría la posibilidad de darle la vuelta a muchas de las quejas. Por ejemplo, ¿por qué se dice padres para referirse al padre y a la madre? ¡Injusto!, claman. Podríamos afirmar que es injusto, sí, pero para los hombres. No bromeo. Cabe quejarnos de la falta de especificidad y concreción del término masculino, mientras que las mujeres gozan de un significado completo en el término madre. Parece una gilipollez, ¿verdad? Pues no digo que no: es una gilipollez. Pero exactamente del mismo calibre son muchas de las reivindicaciones narcofeministas en este asunto. Porque, y lo subrayo, es falso que el idioma sea discriminatorio. Recomendaría que investigaran sobre los conceptos lingüísticos de extensión e intensión.


10- Y voy a terminar con la demostración absoluta de todo lo que digo. De hecho, podría haber empezado por aquí y se habrían ustedes ahorrado de leer un montón de palabras. Voy a traducir a lenguaje inclusivo el punto 4 de este decálogo. Sería algo así:
    

Como sabemos los lingüistas y las lingüistas (aunque seguramente en el Welthauptstadt de las radicales y de los radicales lo ignoren), la comunicación tiende irreversiblemente a la economía del lenguaje. Esto significa que tratamos (todos y todas, en todos los países e idiomas, y en todo tiempo y lugar) de producir mensajes breves. El
idioma y los hablantes y las hablantes (excepto los políticos y políticas en ejercicio y los locutores y las locutoras argentinos y argentinas) tienden a utilizar el menor número de palabras para crear un mensaje. Es una ley lingüística que nadie discute fuera de la familia de Irene Montero. Sin embargo, el lenguaje inclusivo propone precisamente lo contrario. Es decir, las nacional feministas y los nacional feministas pretenden torcer el cuello a las tendencias humanas naturales y a todos los estudiosos y estudiosas del asunto. Claro, que ni ellas mismas ni ellos mismos se lo creen. Imaginen una situación en la que, en un colegio, se produce un amago de terremoto. ¿Qué creen que dirían la maestra o el maestro? ¡Niños, corriendo al patio!, o ¡Niños, niñas y niñes, corriendo para el patio! Esto parece una coña, pero no lo es. Se trata de un asunto que afecta a la misma esencia de la comunicación.


Ridículo, ¿verdad? Pues eso.

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  • Libertas

    Libertas | Martes, 03 de Octubre de 2023 a las 12:40:44 horas

    En el apartado tercero, se le olvida mencionar que la actual lengua castellana, aparte de las mencionadas, proviene muchísimas palabras del árabe.
    Obviar los aproximadamente 800 años de historia peninsular árabe-islámica, su lengua y su forma de vida supone no entender el castellano, el arte, la historia y costumbres españolas, pero sobre todo andaluzas.
    Por lo demás, nada que reseñar.

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  • RebeldeRota

    RebeldeRota | Viernes, 29 de Septiembre de 2023 a las 08:55:44 horas

    El artículo iba bien hasta que metió la mentira que la Falange o los falangistas querían controlar el idioma español , no se donde el Sr Balsa habrá sacado eso que no es verdad pero es parte de la forma de ensuciar lo que es la Falange porque esperan no haya nadie que salga en su defensa , pero el sr Balsa se equivoca los únicos que manipulan y quieren manejar el idioma español es el PSOE y SUMAR que han denigrado el idioma de todos en el Congreso así como permiten que el español sea casi prohibido en asuntos oficiales en Cataluña, Vascongadas o La Galicia de Feijoo.

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  • Hermano Lobo

    Hermano Lobo | Miércoles, 27 de Septiembre de 2023 a las 22:57:52 horas

    Magistral.
    Sin embargo, conociendo a quienes conocemos, por claro, nítido, que esté, para esos, y esas, no faltaba más, es tan útil como lavarle la cabeza a un burro.

    Saludos

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