La apuesta por difundir el vino más autóctono que tiene Rota y que tanto prestigio tuvo en su día, sigue siendo el pilar que mueve una actividad que desde hace 14 años es todo un clásico en el mes de agosto. Se trata de la pisada popular de uva tintilla que organiza Bodegas "El Gato" en colaboración con el Ayuntamiento, y que suele tener mucho tirón de público. Y es que experimentar qué se siente cuando se pisa la uva de la que posteriormente, tras un proceso laborioso y cuidado se obtiene la Tintilla de Rota, es un atractivo que suele llamar la atención no solo a roteños sino también y en una amplia mayoría, a los visitantes que pasan sus días en la localidad.

La plaza Bartolomé Pérez ha sido el escenario que ha acogido esta actividad a la que se han sumado muchos niños y familias, adentrándose de alguna forma en el mundo del vino tomando consciencia de la labor que hay detrás de una copa que luego se disfruta tranquilamente.

Unos 400 kilos de uva tintilla se han volcado en el lagar portátil que cada año se pone en el escenario por el que van pasando los más atrevidos y curiosos. De las pisadas de quienes participan va cayendo a unas ánforas el caldo rojo oscuro que luego se tratará en la bodega para acabar siendo embotellado como Tintilla de Rota. Es un vino apreciado pero que ha tenido momentos en los que casi desaparece si no fuera por el interés personal de bodegueros locales que más por amor y pasión que por rentabilidad, han mantenido el cultivo. Uno de ellos ha sido Juan Martínez de Bodegas "El Gato" de quien hace años su nieta Laura López ha tomado las riendas para que no se pierda contando con la colaboración de una parte fundamental como es la de los viticultores roteños. A ellos se ha dedicado el acto de apertura de esta pisada popular, haciendo especial hincapié en la labor que realizan y poniendo sobre la mesa la necesidad de que haya un cambio intergeneracional que tome el testigo y que parece que no existe.

Laura López agradecía a tres de los productores que hacen que cultivando uva tintilla en sus tierras, la bodega pueda conseguir ese vino tan local. Paco García, Enrique y Cayetano Rositas o Jorge Gasca son algunos de ellos  a los que se suma Javier Rodríguez Ferris que también impulsa este cultivo. Todos han tomado la palabra brevemente para poner el foco en que son mayores, pronto dejarán de trabajar sus tierras y de cultivar la uva tintilla y si no hay nadie que los sustituya, mucho temen que se puede acabar perdiendo. Es un miedo real que también exponía Laura López que pedía al Ayuntamiento de Rota que de alguna forma ayudara a ese impulso necesario para que nuevas generaciones se acerquen al campo.

Javier Rodríguez Ferris al igual que el resto de viticultores, reconocía que es un trabajo duro pero gratificante y quien se dedica al campo es porque le gusta pero desgraciadamente, cada vez hay menos gente y esta tradición y este vino tan roteño puede acabar desapareciendo.

Ante una plaza Bartolomé Pérez llena, ambientada por la voz y música de Pepi Escalante, la XIV Pisada Popular de Uva Tintilla se ha desarrollado con éxito en una noche con bastante público que ha disfrutado del vino que también se repartía para degustar por cortesía de la organización.

En nombre del Ayuntamiento de Rota era Encarna Niño, delegada de Cultura, que ha estado acompañada por la delegada de Turismo Esther García, la que daba las gracias a la bodega y a los viticultores roteños por su trabajo y su dedicación a algo "tan nuestro". Como administración asegura que se está trabajando en una línea de subvenciones para fomentar una ruta vitivinícola  que acerque a los ciudadanos a este mundo del vino tan apasionante, y que además, se están llevando a cabo gestiones para formar a gente joven que tome el relevo de quienes ya peinan canas y necesitan un descanso.

Ese ha sido el mensaje principal de esta pisada popular de uva tintilla, donde los ciudadanos han podido acercarse de manera divertida al mundo del vino. Mañana se realizarán unos talleres para niños que ya están completos, de la mano de Fernando Quirós, pintor, relacionados con el vino, completando así la actividad.