Quantcast
Sábado, 24 de Septiembre de 2011

Balsa Cirrito

[Img #9290]

A HOSTIA LIMPIA



  
 
Fue José María Aznar quien instauró en su partido la máxima de que si un asunto se puede solucionar por las malas no hay razón para resolverlo por las buenas. Si puedes liarte a hostias para qué vas a negociar. Pudiendo hacer enemigos, por qué vas a hacer amigos. Por fortuna, no todo el mundo en el PP ha adoptado este bonito sistema. Aunque Esperanza Aguirre sí.

Desde luego, estoy hablando del conflicto de la enseñanza en la comunidad de Madrid. No niego que el gobierno madrileño tenga algunas razones para actuar de esa manera, de la misma forma que los sindicatos tienen sus motivos para convocar la huelga. Después de todo, y por si alguien no se ha enterado, estamos en crisis, y hay que reducir gastos (aunque sería conveniente que a todos por igual. No sé este curso, pero el año pasado el presupuesto para la escuela privada subió ¡diez veces más! que el de la pública en Madrid.)

Pero Esperanza y esa consejera de Educación tan salada que tiene, han preferido, en vez de presentar argumentos, arrojar basura sobre los trabajadores de la enseñanza. Con muchas mentiras y algunas medias verdades, con el apoyo de unos medios de comunicación que habrían dado envidia al mismísimo Stalin por su fidelidad a las consignas, la comunidad de Madrid se ha lanzado alegremente contra la yugular de los docentes. En el camino, algunas frases para quitarnos el sueño: “¿por qué debe ser la enseñanza gratuita a partir de los dieciséis años?”, se pregunta Esperanza Aguirre (no sé de qué presume; en realidad, en Madrid la educación no es demasiado gratuita: los niños tienen que pagar los libros de texto, también las actividades extraescolares, los comedores y las guarderías no están subvencionados...). Da miedo.

Pero no es de extrañar. No creo que ni el mayor de los admiradores de Esperanza Aguirre se imagine que la presidenta madrileña haya tenido en algún momento la intención de calmar a los huelguistas con su actitud. Que tocando las narices a todo el que se mueve pretendiera lograr que los niños retornaran a clase. Esperanza Aguirre y el gobierno madrileño no han buscado solucionar el problema, sino que no les perjudicara políticamente. Ganar popularidad. Sumar algunos puntos. Arañar más escaños en la próxima. No nos sorprende: después de todo es lo que busca la mayoría de los políticos.

Lo que sí nos deja turulatos es el público de Esperanza Aguirre. Ése que le ha hecho pensar si se dedica a repartir hostias dialécticas va a sacar más votos. Ese que la jalea en sus desplantes y en su inaudita arrogancia. Ése que alegremente afirma (con bastante inconsecuencia, y perdonen la expresión) que Esperanza “tiene dos cojones” (cita literal oída por un servidor muchas veces). Ese público parece no saber la regla de oro de los repartidores de hostias. Nunca se sabe cuál va a ser la próxima. Ni quién se la va a llevar. Lo mismo, ellos. Los que jalean.



Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.27

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.