PACO MÁRQUEZ, LA CONSTANCIA DEL BUEN HACER


 
 

La vida contrae unas vivencias que nos sitúan por derecho propio en el devenir de cada día a través de las profesiones que nos encaminan durante los años de tareas laborales.
Aún naciendo en la bella población hermana de El Puerto de Santa María, la trayectoria laboral de Paco Márquez ha estado encaminada a la senda de gran diversidad de poblaciones en ese recorrido itinerante por los bellos rincones de la península ibérica.
 
Hace tan solo unos días se ponía punto y  final a su abnegado trabajo como integrante del cuerpo de la Guardia Civil en nuestra población.  Paco estuvo destinado en Santoña (Cantabria), en el campo de gibraltar en Torre Guadiaro, Alcalá del Valle  y por último, en Rota en la calle Duque de Ahumada siendo un profesional íntegro reconocido por todos y cada uno de sus compañeros como un exponte modelo de entrega y perseverancia. Treinta y seis años  de servicio avalan la operatividad de Paco “Pilares”.

El acto de despedida se llevó a cabo en la Base Naval de Rota con un almuerzo donde asistieron familiares, compañeros de la Guardia Civil, el subteniente jefe don Ramón Harana,
sus hermanos Pepe, Cristo, Antonio y Lola además de sus hijos Ismael, Noelia y Davinia con sus respectivas parejas.

En el acto, Ramón Harana tuvo palabras de felicitación y agradecimiento por su profesionalidad y como no, por esa disponibilidad siempre con el cuerpo benemérito haciendo a su vez  entrega de un pergamino y las señoras Rosario e Inés hicieron entrega de sendos presentes decorativos para el nuevo hogar de Paco Márquez y su esposa Regla Díaz.

Paco ha recibido en su trayectoria laboral la Cruz al Mérito Militar, entrega realizada el año pasado en la festividad de la patrona la Santísima Virgen del Pilar. La Guardia Civil tiene la misión de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades  garantizando la seguridad ciudadana  mediante el desempeño de sus funciones  o misiones genéricas encomendadas.

La villa de Rota tiene a  cada uno de sus componentes profesionales dedicados en cuerpo y alma a nuestra seguridad aunando con ello múltiples esfuerzos y garantizando en cada rincón de la villa arropados siempre por compañeros de otros cuerpo de seguridad como Policía Nacional y Policía Local.
 
Paco, con su trabajo  diario ha sabido  granjearse la amistad de sus compañeros y amalgamar  en este coqueto rincón gaditano   una serie de amigos con dedicaciones rocieras o de otra índole cultural. Ayudando a crear un  ambiente de cordialidad  general en todas  las dependencias.

La presencia de sus componentes se hacen ver  custodiando las vías de comunicación terrestre, costas, puertos,  pagos campesinos  municipales,    siempre velando  y colaborando con los servicios de Protección Civil en los casos de graves riesgos  además de la conducción interurbana de presos y detenidos.

Se acercan las fiestas en honor a la patrona de la Guardia Civil, el próximo día 12 de octubre, y Paco estará presente con nuevas tareas y una nueva forma de vivir tras más de tres décadas de entrega y tesón. Su manera de concebir la vida, su afabilidad, su humildad y su aportación ciudadana para con los demás hicieron de Paco Márquez un exponente destacado en el cuerpo benemérito.

La despedida albergó emoción, lágrimas y como no, felicidad por ser como es y por ser quien es, una persona natural de El Puerto de Santa María, una ciudad cosmopolita, marinera, vitivinícola y abierta de par en par a quienes visitan su entorno. Un profesional que supo conjugar trabajo con efectividad, saber estar en cada momento y un gran derroche de humanidad. Muchos son los roteños que aprecian a Paco y su estilo de vida, rociero por los cuatro costados y enamorado de sus hijos y sus nietos. Hoy por hoy, el roteño-portuense supo ganarse el cariño de cuantos conocemos a Paco Márquez. Al final, me quedo con esta  frase, "Si plantas una semilla de amistad recogerás un ramo de felicidad...".

Paco supo sembrar amistad para llenar sus alforjas de felicidad familiar. Un abrazo.



                                                                                                                                                Mondel