Me pregunto si existen razones suficientes para que la ciudadanía española opte a un cambio de color en el Gobierno de la Nación. Dejo al denominado voto ideológico, ese que siempre vota a los suyos. Me refiero a la gran porción dentro del diagrama poblacional, a esa ciudadanía que pone y quita gobiernos con su voto.

No se han dado casos de corrupción como otras veces en gobiernos anteriores. Tampoco hay razones económicas para ello. Las medidas que el Gobierno ha llevado a cabo para hacer frente a las distintas situaciones que se han dado en los años de mandato han estado dirigidas a paliar las consecuencias de las crisis. Y siempre contaron con la negativa de los partidos de la derecha.

Primero fue la pandemia. El gobierno progresista puso en marcha los ERTES, para evitar que tanto empresas como trabajadores se vieran abocados a una profunda crisis. No sólo las grandes empresas, también las pequeñas y medianas, encontraron con la puesta en marcha de los ERTES un alivio ante lo que se vino encima. Todo ello de mutuo acuerdo con el sector empresarial y los sindicatos.

No habíamos salido de una crisis cuando nos encontramos con la provocada por la guerra de Ucrania y la subida de los precios que esta conllevaba. Hago un paréntesis para recordar que a las pocas semanas de iniciado el conflicto armado el aceite girasol subió su precio más del cien por cien (especulación pura y dura, vamos). Ante el aumento de la inflación, el gobierno puso en  marcha una serie de medidas. Una de ellas fue que el salario de los pensionistas subiera un ocho y medio por ciento. El salario mínimo interprofesional subió hasta los 1.080 euros mensuales, la subida más alta de todas las décadas anteriores. Se puso en marcha el ingreso mínimo vital. Se bonificó el consumo de los combustibles fósiles (gas-oil y gasolina). Se acordó la excepción ibérica, junto con Portugal, para abaratar el precio del gas que repercute directamente en el coste del recibo de la luz (medida que fue aceptada por la Unión Europea). Se aumentaron las becas. Se puso en marcha la Reforma Laboral (también con  el consenso de la patronal y los sindicatos)...

La inflación en nuestro país es de las más baja de Europa. El hecho es que, pese a la inflación que tanto airea la derecha ideológica, el consumo ha aumentado, el turismo nacional ha alcanzado cotas nunca registradas, y el paro ha disminuido a parámetros de antes de la crisis del Covid.

Me pregunto si existen razones suficientes para que la ciudadanía española opte a un cambio de color en el Gobierno de la Nación.

Porque, frente a estas medidas, ¿qué propone PP y Vox? Bueno, la extrema derecha ya sabemos de qué va. Pero la derecha moderada ¿? no dice cómo va a gobernar ni que medias van a contemplar para mejorar la vida de los ciudadanos. Al fin y al cabo, mejorar la vida de la ciudadanía debe ser el objetivo de la Política. Feijóo evita debatir porque en el fondo carece de debate.

La izquierda ideológica ha demostrado que sabe gestionar y gobernar para la mayoría. Por eso me sigo preguntando si existen razones suficientes para que la ciudadanía se incline para que gobierne la derecha.

José L. Sampedro, humanista, economista y escritor, expresó que: “hay dos tipos de economistas: los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que lo trabajan para hacer menos pobres a los pobres”.
Distingan ustedes de lado de qué partido se colocan cada uno de los economistas. Tal vez así salgan de dudas.