38 años se han cumplido desde que la Cruz de Mayo sale cada mes de mayo por las calles de Rota. Una cita en la que los niños han vuelto a ser los protagonistas dando forma a un cortejo que, aunque en ocasiones ha ido un poco alborotado, son a su vez, la esencia de esta salida.

A las ocho de la tarde han partido desde la capilla de la Caridad, con una plaza de Andalucía en la que se podía ver bastante público, movido en parte, por la curiosidad que suscita este paso llevado por niños de entre 8 y 12 años que se toman muy en serio el papel de costaleros. Lo hacían también los capataces Manuel Moreno Heredia y Rodrigo Santamaría Caballero, a los que se unía este año el benjamín Ismael Morales Niño, que han guiado el paso de la gran cruz ornamentada por las calles del casco histórico de Rota.
 

Con buenas temperaturas, la Cruz de Mayo ha cumplido con su tradición a la que es fiel desde hace casi cuatro décadas, y que ahora impulsa el Grupo Joven de la Hermandad de los Dolores. 

Abrían el cortejo los más pequeños, algunos vestidos de calle y otras de gitana, con flores en las manos o varas y saludando a todo aquel que se fijara en ellos. Le seguía el cuerpo de acólitos precediendo el paso que ha marchado a los acordes musicales que ha tocado la Banda de Cornetas y Tambores de la Asociación Musical Zoilo Ruiz-Mateos.

Dado que el buen tiempo suele atraer por esta época a cada vez más turistas y visitantes, la Cruz de Mayo ha procesionado arropada por mucho público, que ha disfrutado de la algarabía propia de una salida procesional que se hace con la alegría del mes de mayo, el mes de las flores.

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