El chipionero Joaquín Rivera Camacho fue el encargado ayer de pregonar una romería de San Isidro que los roteños vivirán este domingo, 14 de mayo, y que para él es una cita fija en el calendario. Aunque no es de Rota, vive esta celebración en torno al santo patrón de los agricultores con la misma intensidad que si lo fuera porque hace 30 años que por casualidad se topó con ella y quedó atado para siempre.

El pregonero ha hecho buenos amigos y ha echado raíces en la Hermandad de San Isidro para la que en su pregón tuvo palabras de agradecimiento por todo el trabajo que han venido haciendo  y seguir sembrando la semilla de la fe en Isidro. Un hombre que fue conocido por destacar en bondad y solidaridad, humilde y bueno, la esencia de quienes trabajan la tierra de sol a sol. 

Rodeado de gente querida, en la parroquia de Nuestra Señora de la O, el chipionero que hace tres décadas se acercó a Rota con un grupo de amigos para ver una vaca que tiraba de la carreta de San Isidro de la que le habían hablado bien, acabó prendado del ambiente que se estaba viviendo en la salida del santo y la posterior romería en los pinares. 

Joaquín Rivera Camacho reconoció no ser maestro en la materia de pregonar y  no ser hombre de creación literaria, así que su pregón, el LXIII, se centró en sus propias vivencias y experiencias en Rota cada romería. Sencillo y cercano quiso transmitir la fe en Isidro y el honor que suponía para él estar en un atril desde el que aprovechó para agradecer al pueblo de Rota su hospitalidad y  hacerlo sentir cada domingo de romería como uno más.

El hombre de campo tiene una luz especial, gente humilde, trabajadora, generosa y sencilla que sabe del esfuerzo y lo duro del trabajo de la tierra, decía, y a todos ellos, le dedicó un apartado especial, reconociendo en nombres propios de la hermandad de Rota, el perfil de quien es una persona buena.

El pregonero compartió los sentimientos que le embargaron cuando su amigo Abelardo González, que fue anoche su presentador, le propuso pregonar a San Isidro y su romería en Rota. No hacía falta contarle nada porque ya llevaba años viviéndola así que aunque se lo pensó, nunca dice no a un amigo y aceptó. Enfrentarse al papel en blanco para plasmar su fe y devoción en el santo patrón de los agricultores no fue fácil. "Qué le digo yo al pueblo de Rota que no sepa de San Isidro" se preguntó cuando de repente le vino a la cabeza aquella primera romería que vivió en la localidad. Le hizo falta darse un paseo por la villa para inspirarse y encontró en la iglesia de la O, frente al Nazareno primero y a San Isidro después, la clave de la inspiración.

Joaquín Rivera empezó por el principio, por hacer repaso por la historia de la hermandad "porque hay que saber quiénes somos para saber de dónde venimos". Recordó así al grupo de camperos que inició esta andadura, las 900 pesetas que costó la primera imagen de Isidro o las 150.000 pesetas que años después se invertirían en adquirir la actual.  Fue en 1940 cuando arrancó la Hermandad de San Isidro y en 1955 cuando se celebró la primera romería teniendo inicialmente como escenario los pinares del Cura Vargas, luego en 1956 la Almadraba y en 1970 las parcelas frente al recinto ferial.

En 1992 empezó el idilio entre el pregonero, Rota y su romería, y aunque han pasado años, decía, lo recuerda como si fuera ayer. Compartió Joaquín Rivera aquellas primeras sensaciones, aquellas imágenes que se le quedaron grabadas de los preparativos de la carreta para salir, del peregrinar hacia los pinares, de los momentos de convivencia y de su grupo de amigos con los que vino. Pasado el tiempo, solo puede dar las gracias a la hermandad por seguir transmitiendo la fe a las nuevas generaciones y a esos mayores que son ejemplo de devoción al santo.

Para la romería de Rota pidió no centrarse solo en la diversión que la acompaña, sino hacerlo de la mano del fervor, animando a los hermanos isidristas a transmitirla a aquel que todavía no la conoce.

El pregonero compartió sus sentimientos, vivencias, anécdotas y recuerdos y quiso poner sobre la mesa el agradecimiento infinito por la oportunidad de pregonar una romería que siente como propia.

No estuvo solo en su pregonar y se acompañó de varios cantes incluido el grupo Malandar, de su amigo Abelardo González, que lo presentó entre términos taurinos y camperos.  El culpable de que Joaquín Rivera estuviera anoche sobre el atril de la parroquia de la O destacó la sabiduría del pregonero, su generosidad, su humildad, entrega y amor a los demás. Un hombre, decía el presentador, que lo da todo sin pedir nada a cambio y que ha tenido la suerte de que San Isidro lo pusiera en su camino. Sentidas palabras de un amigo que le abrió la vereda para saltar al ruedo y pregonar a un santo que forma parte de su día a día. 

El pregonero reconoció haber leído mucho en estos días sobre la vida de Isidro y quiso compartir con los presentes lo más destacado de su obra, siempre en torno a la bondad, y relatando algunos de los milagros que se le atribuyen. Pidió al patrón de los agricultores por la paz, los parados, los enfermos, los jóvenes que no encuentran salida, las mujeres víctimas de violencia, los que sufren la soledad o los agricultores que tienen que abandonar sus tierras secas.

La romería del domingo, decía el pregonero, es un día especial, y animó a los roteños a disfrutarla con la intensidad que merece sin olvidar el centro de la misma. El chipionero que hace 30 años se topó con ella volverá este 14 de mayo como un roteño más a  acompañar a un San Isidro que forma parte de su vida.