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Carlos Roque Sánchez
Sábado, 13 de Mayo de 2023

'Lo mejor es enemigo de lo bueno'

[Img #192317]En la escalera de ‘Virgen del Mar’. Sucedió una mañana de hace unos veranos mientras hablaba con Miguel -sanluqueño de nacimiento, roteño por amor y hombre conocedor de muchas cosas-, y cuando él subía por ella camino de su casa y yo bajaba hacia la playa. Y fue, una vez arriba él y yo a sus pies como quien dice, cuando me despidió con el titular de esta entrega, vamos que dejó la breve charla en todo lo alto, “Recuerda, Carlos, lo mejor es enemigo de lo bueno” y se dio media vuelta sin más. No me negará que un hombre así, si no existiera sería necesario inventarlo, y comprenderá que con semejante tipo de despedidas me pare a hablar con él siempre que puedo, cuando me lo encuentro en mis paseos por la playa. Y volviendo a lo que nos trae, la susodicha frase es una más de las pronunciadas (o no) por el polímata, francmasón y hombre de la Ilustración, el francés François-Marie Arouet, más conocido por ‘Voltaire’. Una historia, por cierto, ésta del apodo, con un punto anagramático e histórico que si ha lugar le contaré un poco más adelante, pues es de lo más curiosa e interesante. Pero ahora le quiero hablar de la frase de la escalera, de la que le he de confesar algo, el hecho oírla siempre me ha producido sensaciones encontradas.

 

De mi infancia y adolescencia. O sea que viene de lejos, pues ya en la adolescencia no terminaba de entender su significado al resultarme poco lógico, casi irracional, ¿cómo lo mejor iba a ser enemigo de lo bueno?, ¿en qué cabeza cabe semejante afirmación?, lo mejor siempre sería mejor y punto. Sí, de joven fui algo impulsivo y mi postura no era más que uno de esos maximalismos, tan propios de esa convulsa edad, de los que la vida con su carga de realidad, paradojismo y suciedad, por qué no decirlo, afortunadamente me ha ido corrigiendo. Claro que para entenderlo ha de colocarse en mi lugar, y estar al tanto de mis limitaciones intelectuales que siempre han sido como para no ignorarlas, sirva de ejemplo un botón infantil. Me costó cierto tiempo llegara a comprender los carteles del tipo “Prohibido pisar el césped”, de los que no alcanzaba a entender muy bien el significado impositivo y de inacción del verbo en tiempo participio; sencillamente no asociaba al transitivo prohibir, la acepción de negar, privar, impedir o vedar. Ya ve.

 

‘Voltaire’ anagramático, ¿por qué y cuándo? Vaya por delante que no hay nada claro al respecto de su origen y razón, y prueba de ello es que existen varias hipótesis sobre el alias de quien vino al mundo llamándose François Marie Arouet (1694-1778) y terminó siendo conocido para la posteridad ‘Voltaire’. Una de estas versiones está asociada a su infancia y apunta a que podría derivar de ‘petit volontaire’ (pequeño voluntario), apodo que al parecer usaba su familia para referirse a él; claro que otra conjetura barrunta que proviene de un anagrama de la localidad Airvault, donde uno de los padres al parecer poseía una propiedad, lo que podría ser también; sin embargo, no son pocos los que consideran más verosímil que el pseudónimo sea el anagrama de AROUET L[e] J[eune] (Arouet, el joven) al hacer, como ocurre en latín, que I y J sean la misma letra, igual que U y V.

 

En otra línea interpretativa no faltan quienes piensan que el sobrenombre podría derivar, por su similitud, bien del grupo sintáctico antiguo francés ‘voulait faire taire’ (quería hacer callar) o de la palabra ‘revoltair’ (revoltoso), ambos asociados a su pensamiento ya de adulto, tan innovador para la época. Ya. Pero tengo para mí como más probable que su origen sea en realidad una combinación de algunas o todas, por qué no, de estas hipótesis, es algo que suele ocurrir. En cualquier caso, y en otro orden de asuntos, si bien se desconoce con exactitud por qué quiso ser llamado así, parece estar meridianamente claro cuándo lo decidió. Fue tras escribir una sátira sobre los amores incestuosos entre el duque de Orleans y su hija, motivo por el que fue encarcelado en 1717 durante once meses en la Bastilla y, posteriormente, desterrado. Es entonces cuando adopta por seguridad el nombre de pluma, ‘nom de plume’, de ‘Voltaire’, letras encadenadas que surgen de una vital necesidad para él y le permiten seguir escribiendo palabras liberadoras para nosotros.

 

‘Le mieux est l'ennemi du bien’. Traducido como “Lo mejor es enemigo de lo bueno” o “Lo mejor es enemigo del bien”, es un aforismo atribuido al francés quien, en forma de proverbio, lo escribió en italiano en su Diccionario filosófico de 1770, ‘Il meglio è l'inimico del bene’. El mismo que con posterioridad aparecería en el cuento moral La Bégueule (1772), rezando como: ‘Dans ses écrits, un sage Italien / dit que le mieux est l'ennemi du bien’. (“En sus escritos, un sabio italiano / dice que lo mejor es enemigo de lo bueno”) y de los que el escritor escoge lo que ya sabe.

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

 

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