Se topó con esta historia por causalidad a través de un testimonio muy cercano y la emoción que vio en ese superviviente, llevó al periodista roteño Antonio Fuentes Ruiz, a iniciar un proceso de investigación de cinco años que ha desembocado en la publicación de su primer libro "La huella borrada" (Plaza & Janés).

La pasada semana estuvo en el IES Arroyo Hondo, participando en las I Jornadas Literarias que organizó este centro educativo, y que lo invitó a compartir con el alumnado su experiencia creativa, su proceso de investigación y una parte de la historia olvidada que recoge esta novela. De hecho, si no fuera porque se topó con la intervención de Horacio Hermoso Sierra en un instituto de Gelves (Sevilla) para hablar de su historia y la de su padre, quizás no se hubiera conocido el testimonio del que fuera el hijo del último alcalde republicano de Sevilla, fusilado en septiembre de 1936, tras el golpe de estado que Queipo de Llanos dio en Sevilla el 18 de julio del 36.

"La huella borrada" es la historia de Horacio Hermoso Araujo, contada en parte por su hijo, Horacio Hermoso Sierra, fallecido el pasado diciembre de 2022, a los 90 años. Su longevidad, como indica Antonio Fuentes a Rotaaldia.com, es la que ha permitido que el azar le llevara a compartir con él un largo proceso creativo, recogiendo historias familiares que le han valido de pilar para iniciar la investigación periodística y de contrastar hechos rescatando una parte de la historia que el periodista reivindica que tiene que ser contada, sin más.

Aunque ya estuvo en una actividad relacionada con el Día de Libro el pasado 22 de abril, organizada por una librería local, su vista al IES Arroyo Hondo le llenaba de especial satisfacción por poder dirigirse a una generación que entiende que debe conocer qué pasó en este país para que, a través de muchas otras historias, se forme su propio criterio.

Antonio Fuentes Ruiz rechaza la idea de adoctrinar, defiende la postura de contar hechos contrastados y poder ir cerrando capítulos de la historia de España que muchos de los mayores de hoy en día no se han atrevido ni a preguntar ni a contar.

Él tuvo la suerte de conocer a Horacio Hermoso Sierra, que le trasladó muchas de las inquietudes que le acompañaron en su larga vida. Especialmente, y así lo recoge "La huella borrada",  se ha preguntado una y mil veces por qué el último día que vio a su padre estando en Chipiona de vacaciones, cuando él se acercó a darle un beso para marcharse a Sevilla donde había un pleno ordinario, se hizo el dormido. A lo largo de su vida ha buscado excusas, justificaciones y se ha exculpado por aquella actitud para la que nunca encontró respuesta. Este libro ha ayudado al hijo del último alcalde republicano de Sevilla a contar su historia y a Antonio Fuentes Ruiz, a rescatar pasajes en el olvido.

Horacio Hermoso Araujo salió hacia Sevilla para celebrar un pleno ordinario, queriendo dar normalidad a la vida política pese al golpe de estado que ya había sufrido Sevilla, y allí se encontró con las tropas  rebeldes de Queipo de Llanos, lo apresaron y aunque durante dos meses intercedieron por él para salvarle la vida, finalmente fue fusilado. Los motivos de por qué lo fusilan forma parte de la trama de esta novela, de por qué se mató al último alcalde republicano de la capital hispalense,  un sanluqueño contable en una empresa de perfumería. El autor de "La huella borrada" expone la versión de la familia, que pone en el centro al entonces cardenal obispo de la ciudad, porque Horacio había logrado salvar el biocot que se quería hacer a la Semana Santa en abril de 1936. Las élites y clases cómodas de la ciudad no se lo perdonaron y fueron a por él. Es parte del testimonio familiar, pero esta poderosa novela cuenta mucho más allá.

Para Antonio Fuentes, es una historia de rescatar la memoria "porque hay historias que tienen que contarse". El autor está convencido de que no hace falta rascar mucho para encontrar testimonios que nunca se atrevieron a hablar, y hay que aprovechar que todavía quedan algunos vivos para que no acaben perdiéndose para siempre.

Educación y cultura son dos instrumentos fundamentales que hay en democracia, indica el escritor y periodista, y su visita al instituto roteño en el que además él mismo se formó, unía estos dos pilares. Su mensaje era claro: la importancia de la lectura porque solo a través de ella el ser humano puede formarse. Esta novela, decía, anima a la lectura, a conocer historia y junto a otras, ayudarán a que cada cual tenga su criterio.  La educación no tiene que adoctrinar, la educación es dar conocimientos para adquirir una opinión propia y ese fue parte de su cometido en esta visita que además, tuvo momentos muy emotivos. El propio autor se derrumbó recordando el testimonio de Horacio Hermoso Sierra con quien compartió largas horas de charlas y al que antes de morir, logró enseñarle el borrador de una novela que habla de un pasado que pocas veces contó y que desde el pasado 23 de marzo ya se puede adquirir en todas las librerías del país.