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Carlos Roque Sánchez 1
Domingo, 30 de Abril de 2023

Desmontando ‘Casablanca’

[Img #191379]“Tócala otra vez, Sam”. Va para tres años, y fue alrededor de estas mismas fechas primaverales, que le traje a los predios de mi Opinión otras líneas sobre una de las más extraordinarias historias de amor cinematográfico, una que transcurre durante la Segunda Guerra Mundial cuando los nazis dominaban Europa y miles de refugiados huían del yugo alemán a través de la ciudad marroquí de Casablanca. Y entre ellos, también lo hacen el líder de la resistencia francesa Victor Laszlo (Paul Henreid) y su esposa Ilsa Lund (Ingrid Bergman) quienes, en busca del contacto que les proporcione un salvoconducto, llegan al ‘Rick`s Café Americain’, propiedad de Rick Blaine (Humphrey Bogart), donde su inseparable Sam (Dooley Wilson) toca el piano, y al que acude con frecuencia el corrupto prefecto de la policía Louis Renault (Claude Rains).

 

Una maravillosa y explosiva combinación de personajes con cuyo desenlace, por razones evidentes, no le canso. Y si entonces le mostré algunos de sus insuperables diálogos, estupendas anécdotas, sorprendentes sucedidos y, claro está, le hablé de la famosa frase nunca dicha de “Tócala otra vez, Sam”, hoy la utilizo de testigo para hacer algo de historia retrospectiva.

 

Acerca de algunos misterios. Un análisis posible porque desde hace décadas los misterios en torno a la película se han ido desvelando gracias a diferentes informes que escribieron entre otros Al Alleborn, donde se menciona cómo el productor Hal B. Wallis contribuyó al guion, reescrito una y mil veces, con la inolvidable frase final ‘Este es el comienzo de una hermosa amistad’ que, dicho sea de paso, se dobló un mes después de haber concluido el rodaje. O lo que el guionista Julius J. Epstein describió en 1987 de aquel caótico proceso: “A estas alturas, es casi imposible saber quién de nosotros escribió cada cosa. Había mucha confusión porque el estudio tenía una fecha límite, cada año se estrenaban 52 películas y esta era sólo una de ellas”.

 

Un status mitológico de Casablanca al que en puridad contribuyó y no poco Umberto Eco con La estrategia de la ilusión de 1985, donde afirma que los mejores hallazgos de Curtiz fueron decisiones tomadas por desesperación y sobre la marcha. Que el Rick’s Café Américain, el local, “es un lugar mágico donde ocurre de todo: amor, muerte, persecuciones, espionaje, juegos de azar, seducciones, música, patriotismo” y que la acumulación de situaciones arquetípicas, lejos de resultar kitsch, produce un efecto hipnótico portentoso.

 

¿Cine eterno? En interrogativa porque anterior al escrito del alessandrino y como secuelas del mítico film ya se habían estrenado: la pésima Caboblanco dirigida en 1980 por J. Lee Thompson; Sueños de un seductor (en inglés Play It Again, Sam) de 1972 escrita y protagonizada por Woody Allen y basada en su obra de teatro de Broadway Tócala otra vez, Sam de 1969; y la excelente Habana (1960) de Sydney Pollack. Desde entonces, y a pesar de estos tiempos que vivimos en los que todo se repite, nadie se ha atrevido a rodar una continuación. Y eso que en los años 70, el filme alcanzó quizás su etapa de máximo prestigio gracias a la modernidad que adquirió la figura de Rick Blaine, como defensor de causas perdidas marcado por la fatiga de vivir. De hecho, en 1974, la Warner planteó a François Truffaut la posibilidad de un remake y el director entendió que era un proyecto irrealizable, “La mayoría de los actores se sentirían tan intimidados como yo. No puedo imaginar a Belmondo o a Catherine Deneuve dispuestos a ponerse en la piel de Bogart e Ingrid Bergman”. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

 

Reestreno, 1957. Si bien en el momento de su estreno, crítica y público celebraron la cinta, no es menos cierto que no se puede hablar de un éxito espectacular como el que tuvo después, y es que Casablanca entró en la posteridad vinculada a un reestreno. El que tuvo lugar el 21 de abril de 1957, en el Brattle Theater de Cambridge, Massachusetts, donde se proyectó para un grupo de estudiantes de Harvard. Por lo que está documentado la joven audiencia no tuvo problemas para identificar a Rick, el personaje interpretado por Bogart, con la literatura de Hemingway y con el espíritu de la Generación Perdida, dos circunstancias que pusieron: en valor, al modelo ético de la cinta y; en órbita, a la misma película de la que creo recordar no le dije hace unos años, que si bien se estrenó en enero de 1943 hubo antes una premiere unos meses antes, en noviembre de 1942. ‘As time goes by’.

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

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  • Hermano Lobo

    Hermano Lobo | Domingo, 30 de Abril de 2023 a las 14:45:38 horas

    Tras haber visto Casablanca, varias veces, haber leído comentarios y críticas al respecto, e interpretado después, desde mi forma de ver y entender, esta obra única, concluyo, habiendo leído el artículo y las interpretaciones de los estudiantes de Harvard, que sólo sé que no sé nada.
    Pero lo positivo es que siempre se aprende algo nuevo.

    Saludos.

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