Todo un ex presidente de los Estados Unidos de Norteamérica ha sido imputado por una serie de delitos por falsificación de documentos. El más llamativo de ellos es el de haber falsificado documentos comerciales por los pagos efectuados a una actriz porno. Me pregunto qué opinará la señora Trump de este asunto. Ignoro si algún medio de comunicación se habrá interesado por la opinión de la esposa ultrajada. Ahí lo dejo.

Aquende del Atlántico el asunto de gestación subrogada ha cobrado interés por el hecho de que la actriz Ana Obregón ha hecho uso de esta acción. No entraré en el tema. Sí en los efectos de la “gestación subrogada política”. Así, el casi extinto partido político Ciudadanos ha gestado un capital humano desde sus filas. Muchos, cada vez más, están siendo subrogados por el PP sin este haberlos gestado. Algo que se venía venir desde el momento en que el futuro político de este partido se hundía, cual Titanic, en las frías aguas del abandono por parte de la ciudadanía que había puesto su confianza en ellos cuando partió rumbo al liberalismo económico.

Un asunto que preocupa y mucho al PP es la aparición de SUMAR en el tablero político. Tanto les quita el sueño que dedican no pocas comparecencias públicas para denostar sobre el asunto.

Hay que recordar que no es la primera vez que la izquierda ideológica busca la unidad entre las distintas sensibilidades dentro de la misma. Con esa idea nació Izquierda Unida en 1986. Con el tiempo, algunos de los partidos políticos que se sumaron a esta idea se fueron de esta federación tal y como habían llegado.
Casi treinta años después, el anhelo de unir a todas las vertientes de la izquierda se vio constatada con la aparición de PODEMOS. Si nos fijamos, entre la creación de Izquierda Unida y la aparición de los morados había pasado toda una generación. La idea empezó a funcionar, hasta que dejó de hacerlo. Pronto comenzaron las discrepancias. Porque si algo tiene la  izquierda es que siempre se pasa de la concentración a la expansión en poco tiempo. Es como un big bang político.

SUMAR se presenta como un nuevo intento de unidad. ¿Por qué ahora puede resultar factible? Desde mi punto de vista,  porque ahora los partidos a la izquierda del PSOE cuentan con una ventaja: la de haber participado en el Gobierno de la Nación.

Yolanda Díaz, la Ministra y Vicepresidenta del Gobierno de España, habla con datos. Es decir, ha pasado de la emoción a la gestión, sin olvidar aquella. Esto preocupa a la derecha y, por ese motivo, dedican tantos mensajes catastróficos a SUMAR.

Fíjense que en ningún  país de la Unión Europea hablan de la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno como de un partido social-comunista. Es más, la figura de Yolanda Díaz es alabada por gran parte de la prensa europea.

La derecha española ha pasado para referirse al Ejecutivo con la denominación de “gobierno bolivariano” de un principio (¿se acuerdan?), al de social-comunista ahora. Llamar al gobierno de coalición de España como “Gobierno Frankenstein” no lo entienden los europeos. Como tampoco comprenderían si se denominara “gobierno vampiro” (por aquello de chuparnos hasta la sangre) a una coalición de gobierno del PP y VOX.
Aunque, ahora que lo pienso, esta distinción, la de Gobierno Vampiro, tal vez sería más discernible.