Con un sol todavía brillando, buenas temperaturas pese al viento que se dejaba notar en unos puntos más que en otros, pero en general, con un buen día para disfrutar de la Semana Santa, las imágenes de Nuestro Padre Jesús de la Salud en sus Tres Caídas, María Santísima de la Caridad y San Juan iniciaban su estación de penitencia acompañados por muchos roteños que, como en días anteriores, salían para arropar a los titulares de las diferentes hermandades.

El Miércoles Santo es la antesala de los días festivos que se avecinan y por eso, esta tarde se podía notar algo más de público por las calles ya que Rota empieza a recibir la visita de turistas que vienen en busca de unas jornadas de tranquilidad, de playa si el tiempo acompaña, y de disfrute de las procesiones que en la localidad se viven de manera más relajada que en otras ciudades,  con solo una hermandad por día realizando su estación de penitencia. Aún así y pese a que son muchos los cofrades que salen fuera para ver los pasos de poblaciones con una Semana Santa más relevante, la de la villa se vive con plenitud y las cofradías se afanan en ir mejorando cada año.

La de la Salud, suele tener buena crítica ya que siendo una hermandad joven, fundada hace 63 años, ha conseguido con el paso del tiempo crecerse en la calle, mostrar su cara más seria y austera en un cortejo que, compuesto por unos 250 hermanos (incluyendo penitentes y costaleros), ha ido sembrando en su discurrir un aire de sobriedad y luto que contrastaba hoy  con ese momento en el que se ha podido ver a la casi treintena de niños de corta edad que se veían en las primeras horas del recorrido en la pavera, delante de la virgen.  Ellos han dejado algunas imágenes entrañables,  divertidas, y han roto las normas estrictas de comportamiento del resto de hermanos, sin perjudicar el ritmo serio del paso de Jesús de la Salud y la Caridad.

Especial momento se ha vivido como siempre, en la salida desde la capilla de la Caridad por la baja altura de la puerta de la ermita, de donde partieron los primeros hermanos con cirios e insignias, dejando paso después al paso de Nuestro Padre Jesús de la Salud, que ha procesionado con capilla musical y que volvía a estar guiado por Joaquín Bandarra Martínez, capataz que lleva 37 años señalando el caminar de la cuadrilla de cargadores. Junto al paso, -también con la virgen-,  la escolta de la Policía Nacional gracias a los agentes socios de ASACRO.

Tras Jesús, llegaba el momento del paso de palio cuando la maniobra para salir de la capilla es aún más complicada, de rodillas y luego subida a pulso. Un esfuerzo que los ciudadanos presentes valoraron con aplausos.

Recogimiento y austeridad el de la dolorosa llevado por Manuel Jesús Pizones al son de una selección de marchas fúnebres para llevar a la virgen de la Caridad por las calles de Rota, hoy luciendo vestida de forma diferente a como lo hace habitualmente, con diadema en vez de corona, con sobre manto bordado que hace tiempo que no lucía y una mantilla de chantillí de sus primeras salidas procesionales. Como estrenos, un pañuelo del siglo XIX y un rosario, además de las bocinas que precedían el paso.

Casi una hora tardaba el cortejo al completo en marcharse de la plaza de Andalucía, -su punto de partida-, y a partir de ahí, se han vivido momentos de recogimiento y sobriedad durante la estación de penitencia. Aunque el viento soplaba fuerte y no hacía agradable la estancia, en la plaza Bartolomé Pérez con la interpretación de una marcha que suele gustar mucho, el "Ave María" de Giulio Romano Caccini, al que ha puesto voz la músico roteña Alejandra Muñoz, se vivían unos minutos muy especiales y propio de esta hermandad. (Se pueden ver en vídeo en nuestro Facebook). La banda municipal de música "Maestro Enrique Galán" acompañó un año más a esta cofradía en su procesionar.

En términos generales, la estación de penitencia se ha desarrollado con la normalidad esperada, con algún contratiempo  anecdótico como el pliegue de la parte articulada de la cruz del Señor en una levantá en San Roque, que se solucionó metros más adelante, y que en nada ha empañado una salida procesional que si es verdad que ha estado marcada en algunos puntos del itinerario por un  desapacible viento, ha contado con el calor de los roteños.

Rota ha vivido este Miércoles Santo con plenitud, con la austeridad y sobriedad que le caracteriza, especialmente de recogimiento en su vuelta a capilla cuando el alumbrado público se apaga y el cortejo desfila solo con la luz de los cirios de los hermanos que alumbran los últimos metros de camino de vuelta a casa.

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