Cuñadismo
Hubo un tiempo en que el término “cuñadismo” venía a significar el favoritismo hacia alguien, en el sentido del trato de favor, sin tener en cuenta otros méritos que el meramente familiar. Hoy, el término ha adquirido una nueva acepción. Así, cuando hablamos del fenómeno cuñadismo sabemos que nos referimos, sobre todo, a ese personaje que tiende a tratar sobre cualquier asunto, queriendo aparentar ser más listo que los demás.
Solemos armarnos de paciencia para pasar el trago de compartir velada con personajes tan versátiles, sobre todo para no estropear el entrañable encuentro al resto de los congregados. Aunque ya no hace falta que haya una reunión familiar o de cualquier otro tipo para toparnos con la figura de algún individuo que reúna las características para designarlo dentro de ese grupo. Son esos sujetos a los que toda la vida se les ha conocido como “los enteraos”, porque esa es la cualidad que mejor los define, de tal modo que “enterao” y cuñadismo son términos sinónimos.
Una de sus peculiaridades es el anonimato. No suelen mostrar su “sapiencia” más allá del grupo de familiares y amigos. Por eso no lo encontraremos, por ejemplo, formando parte de una lista electoral. ¡Que una cosa es “arreglar el mundo” y otra es ponerse a la tarea de solucionarlo!
Sus pensamientos se encuentran en las antípodas de la humildad socrática, por aquello de “sólo sé que no sé nada”. Dan a entender que entienden de todo. Son (más bien se creen) enciclopédicos y renacentistas, sobre todo cuando consideran que los que les escuchan son poco duchos en conocimientos y dialéctica.
Lo encontramos declamando sobre medidas técnicas, normas jurídicas, decisiones políticas, sindicales, ecologistas, policiales... Exponen con tanta clarividencia las soluciones a los problemas que, al oírlos, nos preguntamos cómo los expertos en la materia no se han dado cuenta habiéndolo hecho “mi cuñado”.
No hay tema que se les resista. En esta sociedad repleta de recursos tecnológicos y digitales, el número de esta manada va en aumento. Proliferan como los capullos en primavera.
Pero si algo hay que reconocer a estos individuos es su atrevimiento al hablar. También al escribir, dado que, algunos exponen soluciones desde el anonimato.
¿Qué sería de la cena de Navidad sin la presencia del cuñadismo? Ellos ponen ese grado de admiración para algunos, ese punto simpático para otros, esa excusa para ausentarse de cualquiera...
No confundir el debatir y el opinar con la sapiencia del cuñadismo; que puede parecer igual, pero no es lo mismo. ¡Vaya, sin pretenderlo, me ha salido un pareado!
MANUEL | Martes, 14 de Marzo de 2023 a las 16:33:31 horas
No te equivoques, Antonio, los ciudadanos si participamos de la vida pública pero no lo hacemos a través de las "mafias" de los partidos políticos donde hay un "líder" que elige quienes son los que deben presentarse en las elecciones. Participamos a través de clubs, asociaciones, hermandades... y gracias a todas esas agrupaciones ciudadanas funciona la sociedad porque gracias a el esfuerzo de todos los que trabajan GRATUITAMENTE y sin ánimo de lucro ni de interés personal, hay multitud de actividades culturales, deportivas, religiosas.... que sin ellos, y ellas, serían casi imposible que se hicieran. Por supuesto colaboran siempre los organismos públicos como es su obligación.
Así que de "cuñadismo" poco o nada y si mucho trabajo altruista por parte de muchos ciudadanos sirviendo a la sociedad. Sin cobrar, no como los políticos que no se mueven si no es cobrando.
Salud y Libertad.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder