Las denominadas encuestas electorales vienen a ser algo así como la carta astral de los partidos políticos. Si la mayoría de los periódicos, ya sea en modo tradicional (esto es en papel), ya sea en digital, dedican alguna de sus secciones a los designios de los signos del zodiaco, del mismo modo, casi todos los meses (si no todos) los medios asignan alguna de sus páginas a las encuestas electorales.

Parece que se ha puesto de moda. Alguno de estos medios sería el primero en tomar la iniciativa y los demás, comprobando el tirón de la noticia, le siguieron a la saga. Digo yo.

También desde el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hacen encuestas al respecto y las publican cada mes. Este organismo público fue creado hace sesenta años. En sus inicios se llamaba Instituto de la Opinión Pública. Claro que en los años sesenta del siglo pasado no se preguntaba a la ciudadanía por sus preferencias políticas. En plena dictadura ya se sabe que los partidos políticos estaban prohibidos y la libertad de expresión anulada. Solo aquellos afectos al Régimen podían participar en los gobiernos de las distintas administraciones. Me refiero a falangistas, derechistas, carlistas, terratenientes, Grandes de España, nacional-católicos... gente de bien, que dirían los del PP actual.

Durante la Transición Política de la dictadura a la democracia, el organismo adoptó el nombre con el que lo conocemos, el CIS.

Desde que se inició la actual Legislatura, fieles a su cita, los periódicos publican los resultados de las encuestas que han llevado a cabo. No voy a entrar en las distintas conclusiones. Bien es verdad que, según la ideología del medio de comunicación, los análisis barren para un  sitio o para otro. Aún así, hay que admitir que en todos los medios, desde que Alberto Núñez Feijóo fuera proclamado como Presidente del Partido Popular, dan al PP como el partido más votado.

En contraposición a estos resultados se encuentran los análisis que llevan a cabo  en las conclusiones de sus encuestas el propio CIS. Este organismo siempre sitúa al PSOE por encima del PP. La incredulidad de esos resultados por parte de la derecha ideológica es razonable.

Una cosa queda clara (al menos para mí): la división española en dos bloques ideológicos siempre sale a relucir. No me refiero al número de escaños que cada partido político pueda obtener en las citas electorales en el que influye el método de la ley D´Hont, sino al número absoluto de los votos emitidos, que muestran el encefalograma de la España machadiana.

 
Lo que no me queda del todo claro del análisis de los resultados de esas encuestas electorales en que hayan más encuestados que prefieren a Pedro Sánchez sobre Feijóo como presidente, a pesar de que en la misma encuesta el PP esté en intención de voto por encima del PSOE. Respuestas contradictorias que ponen en duda el valor mismo de las evaluaciones.