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Redacción 1
Viernes, 17 de Febrero de 2023

El agradecimiento de una familia ucraniana que busca recomponer su vida en Rota

[Img #185015]Cuando muchas veces se ha dicho que Rota es un municipio solidario, no faltan razones que lo atestigüen. Muchas son las causas en las que los roteños han dado muestras de estar a la altura y en este último mes, ha habido un nuevo ejemplo de ello.

 

El próximo 24 de febrero se cumplirá un año desde que empezó la invasión rusa a Ucrania, dejando en el camino no solo la devastación de muchas zonas del país, sino muchas muertes y vidas rotas. Las familias ucranianas buscaron refugio huyendo del horror y algunas de ellas llegaron hasta Rota donde intentan recomponer su vida y resurgir de la nada, porque prácticamente, se vinieron de vacío. El camino en este tiempo no está siendo fácil, pero algunas han tenido la fortuna de encontrar a gente buena, muy buena, a su alrededor y eso ayuda en la desesperación a tirar hacia adelante.

 

Es el caso de Nika y su familia que han pasado en este año, como muchos otros, mucho dolor, alejadas de su país y su rutina. Hoy está en Rota y aunque no ha sido fácil, en estos días está acomodando un piso de alquiler que  ha sido complicado  encontrar y que con ayuda de empresas locales y mucha gente anónima, ha llenado con muebles, enseres y hasta comida para reiniciar su vida truncada por una injusta guerra. 

 

Aprovechando el altavoz de este medio, ha querido dar las gracias públicamente, poner sobre la mesa la solidaridad que la ha rodeado en este tiempo y la necesidad de mostrar su agradecimiento a quienes sin conocerla de nada, se han volcado.

 

Esta mujer ucraniana envió a Rota en las primeras semanas de la guerra a su madre con sus tres hijos de edades comprendidas entre los 6 y los 12 años, posteriormente vino ella, y estuvieron en un centro de acogida de la localidad, pero la familia no estaba al completo. Su marido estaba en Ucrania donde  se había tenido que quedar combatiendo en la guerra, así que en septiembre, con la intención de poder traerlo a España por repatriación familiar, se marchó en su búsqueda. Preparó toda la documentación necesaria, que no es poca, y consiguió cruzar de nuevo la frontera, pero el sitio en el que estaba alojada con su familia y sus mascotas en Rota no permite la estancia de hombres, por lo que el marido se tuvo que quedar en Puerto Real. Pasados unos meses, con la convicción de que Rota sería su nuevo hogar, decidieron emprender con ayuda de varios roteños que la arroparon, la búsqueda de un piso.

 

Si encontrar un alquiler en la localidad por larga temporada y precio razonable es ya de por sí muy difícil, con antecedentes de ser ucranianos, sin empleo estable, el agravante es aún mayor.  Con un poco de suerte y mucha búsqueda, encontraron un alojamiento pero este no tenía nada, ni muebles, ni camas, ni enseres. Nada. Así que el boca a boca de su círculo más cercano empezó a funcionar y consiguieron en un tiempo récord de tres días, que la casa estuviera habitable. Un problema burocrático con el perfil de vivienda para que el Gobierno español le pudiera conceder la ayuda anual de alquiler hizo que todo lo conseguido no valiera para casi nada, porque debían empezar de nuevo en la búsqueda de un piso. Hace unas semanas lo encontraron, y la historia pudo continuar con un final feliz. Un grupo de roteños solidarios ayudaron en cargar muebles, desmontarlos y volverlos a montar, hicieron acopio de mantas, sábanas, sofá, muebles de salón, platos, vasos y enseres básicos empeñados en devolver a esta familia un hilo de esperanza.

 

En estos días, Nika, su madre, sus tres hijos y su marido están construyendo los cimientos de una nueva vida y ha sido gracias a la solidaridad de Rota. A cada puerta que han llamado estos roteños solidarios, han encontrado una ayuda, por poca que haya sido. Y es que como contaba Leticia, una amiga roteña de esta familia que ha hecho de portavoz a este medio, incluso estando en plena cuesta de enero, donde todo el mundo se ve un poco más apretado económicamente, Rota ha respondido.

 

Estas líneas contando la historia de Nika de forma muy resumida, tiene simplemente el objetivo de dar las gracias públicamente a quienes han puesto un importante granito de arena para que esta familia ucraniana  pueda seguir su vida. Se han visto obligados a renacer por una guerra que les cogió de sorpresa y en Rota, donde los niños se han adaptado a la perfección, van a empezar a echar raíces. Ella ya ha estado trabajando en verano en una empresa local, y poco a poco con su marido, seguirá avanzando.

 

Aunque no quiere dejarse a nadie atrás, especial agradecimiento quiere hacer a las empresas roteñas Newimar, Muebles "El arcón" y Alma Interiores, Carpintería Hermanos González,  Muebles Lluyot, Cash Diplo y Cáritas. A ellos se suma  la Hermandad del Nazareno que gracias a una iniciativa de la cuadrilla de costaleros de la virgen de la Amargura a la que se sumó la cuadrilla del Nazareno y la propia hermandad, también han aportado, en este caso, productos de primera necesidad.

 

Toda la ayuda  recibida es para esta familia ucraniana el empujón que necesitan para reorganizar su vida, juntos, y en un nuevo hogar. Por eso, su agradecimiento a Rota y su gente es infinito.

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  • Juan

    Juan | Domingo, 19 de Febrero de 2023 a las 21:08:13 horas

    Si el apellido LAYNEZ se pronuncia con la fuerza sobre la Y, entonces DEBE llevar tilde sobre la Y.
    Este es un arcaismo lingüístico que deberíamos apreciar y divulgar. Tenemos un apellido en Rota que es un monumento de la ortografía.

    Accede para responder

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