Un ciudadano vecino de Rota lleva meses en una pelea con Endesa que lo ha llevado a la desesperación además de estar pagando facturas por consumo de electricidad que no ha generado, básicamente, porque el local donde le estaban facturando está cerrado. A eso se suma que en su actual local, le vienen facturas por un consumo desorbitado de hasta 1.403,219 kWh por 64 días, lo que sería hasta 127 veces más de lo que consume de media un hogar español.

Su odisea empezó en marzo de 2022, cuando tras verse obligado a dejar su local de la avenida de Sevilla, pidió a Endesa que trasladaran su contrato a una nueva ubicación en la avenida de la Marina.  Endesa, no sabe este ciudadano por qué motivos, no hizo el cambio y siguió cobrándole facturas por consumo de luz que hacía de forma estimada ya que al estar cerrado el edificio,  la compañía no podía leer su propio equipo de contadores, por lo que le estuvieron facturando durante meses por una energía que no consumía. Un hecho que,  ya tenía precedentes cuando estando en el edificio de la avenida de Sevilla,  le hacían lecturas estimadas cobrándole de más y que solucionó tras muchas llamadas, consiguiendo que Endesa le reembolsara lo que le había venido cobrando de forma errónea. Pero el problema continuó porque con el cambio de ubicación al otro local de la avenida de la Marina y su petición de trasladar su contrato al nuevo emplazamiento y con una mayor potencia, según este ciudadano, lo que la compañía eléctrica hizo fue aumentar la potencia de 5.000 kW a 15.000 kW en el antiguo local que ya estaba cerrado con lo que se vio con un doble problema: tener un contrato de alta potencia en un local que no estaba en uso, y sin potencia de luz necesaria para poder abrir su bar en el nuevo sitio, a lo que además, hay que sumar que Endesa le seguía cobrando por el antiguo edificio.

Para este ciudadano, que además tiene añadida la dificultad de que no maneja de forma fluída el español, la desesperación era máxima porque estuvo meses en su nuevo local de la avenida de la Marina pero sin poder abrir su restaurante y pagando por un contrato de luz que tenía activado en su antiguo local. Pese a las muchas reclamaciones realizadas por teléfono, Endesa concretaba que no había ningún fallo, cuando el afectado puede acreditar que desde marzo de 2022 el local de la avenida de Sevilla estaba sin uso en un edificio que además, estaba cerrado por haber dejado de ser seguro para su habitabilidad. 

Desde su petición inicial de cambio de ubicación del contrato y aumento de potencia de energía en el inicio de abril de 2022, no fue hasta el pasado mes de octubre cuando consiguió tener luz en su nuevo local, aunque no a la potencia solicitada de 15.000 kW, sino solo 5.000, lo que también generó problemas en su actual edificio ya que al conectar su equipos de cocina y no tener potencia suficiente, afectada al resto de vecinos.

Este ciudadano no entiende cómo Endesa tramitó una petición de aumento de potencia en un contrato con CUPS diferente, haciéndolo en el local de la avenida de Sevilla en vez de en la Marina, de forma ilegal al no coincidir los datos y cobrándole por ese error; tampoco se explica cómo tras meses sin darle solución, ahora le solicita el cobro de 301 días de consumo de su antiguo local que abandonó en marzo de 2022, y para rematar, en su  nueva ubicación, ya por fin con el contrato con la potencia solicitada desde abril de 2022,  le cobran una factura de 435 euros por un consumo que entiende desorbitado, de más de 1.403,211 kWh en solo 64 días, cuando el local solo abre 5 horas al día.

En total, en todo este tiempo,  lleva pagado de más unos 1.500 euros que está harto de reclamar. Aunque lo ha puesto en manos de un abogado, este le cobra 450 euros por tramitar la denuncia formal, algo que le hace desesperar aún más.

Este vecino de Rota denuncia que Endesa no solo no le dio solución al problema que la propia compañía creó, sino que ahora le pide el pago de un dinero por un consumo que no hizo. Su factura de fecha de febrero le viene con un cargo de 435,68 euros por un consumo de 1.403,211 KWh en un edificio cuya potencia estaba en ese momento reducida a 5.000 vatios, algo que no se explica y ante lo que se siente indefenso. Meterse en demanda legal le costará un dinero aún mayor del que ya lleva gastado y el problema es que la compañía no reconoce su error, pese a que puede acreditar con decenas de llamadas en los últimos meses que ha estado intentando solucionar la situación vía telefónica sin haberlo conseguido hasta ahora. Se siente indefenso como cliente. En esta última semana ha llamado cuatro veces más buscando soluciones, al otro lado del teléfono le indican que alguien le llamará... y de momento, el teléfono no suena y el problema no se soluciona.