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Carlos Roque Sánchez
Sábado, 11 de Febrero de 2023

Del pájaro y el frío. Ciencias

[Img #184724](Continuación) Es decir, un bajo vuelo grajero que va acompañado de un frío muy intenso, vamos “del carajo” en román paladino. En honor a la verdad hay que admitir que si bien es cierto que el refranero español cuenta con otras muchas opciones para referirse al crudo frío del invierno, no lo es menos que pocas son tan curiosas, sonoras y recientes como ésta. Reciente digo porque solo aparece recogido de medio siglo para atrás y en las principales colecciones paremiológicas, aunque existen varias explicaciones para ello; la primera que le traigo es de naturaleza científica y relativa al pájaro, por lo que hablamos de ornitología.

 

Acerca del grajo. Ornitología. Que el refrán no sea muy antiguo tiene sentido puesto que su protagonista, el grajo o graja (Corvus frugilegus), es una especie de ave paseriforme de la familia Corvidae que no se descubrió en España hasta mediados del pasado siglo XX. Como seguro recuerda de los tiempos escolares, la ornitología es una rama de la zoología que se ocupa del “estudio metodológico y consecuente conocimiento de las aves con todo lo que a ellas se refiere”, y por ella sabemos que es una de las diez especies europeas existentes de córvidos. De forma muy parecida al cuervo, este colonial tiene uñas y plumas muy oscuras de color violáceo negruzco y posee pico y patas rojas. La Sociedad Española de Ornitología (SEO) lo describe como una ave gregaria y ruidosa, poseedora de un plumaje completamente negro con irisaciones y brillos metálicos, a excepción de un área desnuda en la base del pico, donde es visible la piel de color grisáceo; y en un estudio publicado en 2021 cuantificó su población en 1728 parejas reproductoras, de ellas 1720 en la provincia de León y 8 en Figueras (Gerona).

 

Acerca del vuelo. Experiencia. A trazo grueso, y a poco que uno consulte u observe, es fácil constatar lo cierto del proverbio ya que nace de un hecho real: el grajo es un ave cuyo vuelo es especialmente bajo en los días con más frío del invierno, y no es menos cierta su capacidad para alcanzar, no obstante, grandes alturas. Según la SEO pueden volar por encima de los 1300 m y en invierno suelen hacerlo por debajo de los 400 m, pero hay que reseñar que no es la única ave en volar bajo cuando hace frío, pues otras lo hacen también. Es el caso entre otros del cuervo, también habituado a volar a grandes alturas, salvo los días de bajas temperaturas. Pero centrándonos en nuestro pájaro, si alguien lo observa en el cielo a una distancia no demasiado alejada de la tierra, puede afirmar, sin necesidad de ser un experto en la materia, que ese día la temperatura es o será muy baja.

 

Acerca del vuelo. Termodinámica y aerodinámica. Sí, su bajo vuelo es indicio inequívoco de baja temperatura ambiental, pero, ¿por qué es bajo y no alto? ¿existe alguna explicación científica? Pues claro que sí y guarda relación con factores físico-químicos que estudiamos en los tiempos escolares como: densidad (d), temperatura (tª) y altura (h) de los gases en general y de la atmósfera en particular. Por las diferentes leyes del estado gaseoso sabemos que estas tres magnitudes están relacionadas cuantitativamente de forma que a una mayor altura en la atmósfera le corresponde una menor temperatura y una mayor densidad. Unos valores que justifican que las aves vuelen bajo por dos razones físicas: una termodinámica pues al aproximarse a la tierra, que está a mayor temperatura, evitan el frío de las capas altas; y otra aerodinámica, ya que al ser el aire frío más denso que el caliente dificulta su movimiento a través de él, lo que les obstaculiza, cuando no son un impedimento, para alcanzar ciertas alturas.

 

Acerca del concepto “carajo”. Lingüística. Así que el refrán del grajo, o del pájaro que sea, tiene bastante de interpretación racional y poco o nada de adivinación pues acierta al relacionar el vuelo rasante de algunas aves con las bajas temperaturas ambientales; claro que queda por explicar la elección del córvido y, naturalmente, el remate refranero, ya sabe, lo de su sonora y rotunda rima consonante, una cuestión de naturaleza lingüística. El proverbio remata con un “frío del carajo” y es evidente que la rima pone el resto, grajo cuaja a la perfección con carajo por lo que son dos términos que deben ir juntos. Ya, bien, pero ¿cuál es aquí el significado de la malsonante locución “del carajo”? si descartamos de facto que se trate de una nueva categoría de frío, con algún equivalente en una escala científica. Entre todas las acepciones que aparecen en el DRAE, la susodicha locución adjetival es sinónima de “muy grande” o “muy intenso”, así que estamos ante una manera poco elegante, un vulgarismo si quiere, para decir “frío intenso”. (Continuará)

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

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