Las gaviotas son una de las aves marinas más populares. Se pueden ver fácilmente en la costa y cada vez más, en entornos urbanitas porque han conseguido vivir cerca del ser humano y aprovecharse de él, de sus desechos para alimentarse. No tienen una buena prensa en general y sin embargo, hay mucho y bueno que decir de ellas. Al menos así lo creen los biólogos Damián Granado y Manuel Vázquez que, puestos a estudiarlas, iniciaron el pasado mes de octubre un proyecto científico de anillamiento de aves en Costa Ballena Rota donde esta especie es la protagonista.

Les mueve un interés personal, pero no cabe duda que su tiempo y dedicación, aportarán datos a la comunidad científica y abundará en un ave sobre la que ya hay estudios, pero creen que hace falta profundizar.

Varias tardes al mes desde hace ya casi cinco meses, Damián y Manolo, junto a un grupo de voluntarios, pasan varias horas en el entorno de los lagos de Costa Ballena. Allí esperan pacientemente hasta que alguna gaviota caiga en la red que previamente han extendido sobre el terreno y que camuflan muy bien para no ser descubierta, ya que las gaviotas son muy listas y si ven algún elemento extraño a lo habitual, ni se acercan. Para convertir la zona de captura en un sitio atractivo, Julio, otro colaborador, lanza pan... y esperan con paciencia.

Hay tardes en las que las gaviotas no pican el anzuelo y se van de vacío, pero hay otras en las que la fortuna está de su lado y llegan a atrapar hasta 13 de un tirón. Comienza entonces el trabajo de campo: cuando caen en la red, toca liberarlas y meterlas en cajas acondicionadas con agujeros para que estén cómodas mientras rápidamente, casi siempre cuando cae la tarde, montan la mesa donde una a una se van anillando. El proceso es igual con todas, empezando por identificar de qué especie se trata. Fundamentalmente, en esta zona se puede ver a la gaviota picofina, la cabecinegra, la reidora, la vuelvepiedra o las gaviotas enanas, estas últimas, muy difíciles de capturar.

Una vez identificadas, se procede a su anillamiento, para ello, Manolo y Damián con la ayuda de los voluntarios, colocan la anilla de PVC que lleva una inscripción, fácil de leer con telescopio, prismáticos o cámara a simple vista, un código de color y una anilla metálica. Una vez que se le mide  la  longitud del ala y del tarso, se pesa y se anota todo en un cuaderno; luego se toman varias fotografías para hacer en el futuro plantillas de identificación y se liberan para que vuelvan a su hábitat. Con este trabajo previo ya se tiene material para ver la diferencia entre ejemplares, la variedad entre individuos, los cambios de plumaje, color del pico y las patas en función de la estación del año, etc.

Con ese anillamiento, se facilita que por ejemplo, si esa gaviota que se anilla en Costa Ballena Rota dentro de unos meses, cuando pase el invierno, migra a Gran Bretaña, esa información llegue de vuelta gracias a la colaboración de otros biólogos que se encargarán de incluirla en una base de datos proporcionando así referencias sobre ese ejemplar concreto del que se sabrá si por ejemplo, pasó la primavera o el verano en ese lugar.  A su vez, el año que viene, si se vuelve a ver por esta zona, con solo identificar la anilla, también se conocerá que ha vuelto en invierno y con ello, se podría empezar a trazar una ruta de migración de estas aves. Lo interesante por ello, explica Damián, es anillar ejemplares jóvenes ya que al tener hasta 20 años de vida, la información que pueden generar es mucho mayor que la de un adulto.

Para este proyecto de anillamiento científico de gaviotas se ha contado con los permisos necesarios del Ayuntamiento de Rota, y aunque la gaviota es el principal interés, cuando la tarde no es muy provechosa con ellas, también se aprovecha para anillar otras especies como la focha común o el vuelvepiedras. Además, al principio, la Estación Biológica de Doñana se involucró para poder colocar a las aves anilladas unos transmisores con unos objetivos similares, pero fundamentalmente, Damián Granado y Manuel Vázquez son los pilares de esta investigación para la que  hace falta financiación en el futuro si quieren colocar GPS a los ejemplares y con ello, obtener información aún más detallada. Para eso aún queda, pero como su pasión por la investigación de la fauna va para largo, confían en que en algún momento puedan contar con los recursos económicos necesarios y con ello, seguir aportando conocimientos a la comunidad científica sobre los movimientos y comportamientos de las gaviotas.

En principio, la idea es prolongar el anillamiento hasta que la migración las devuelva a sus áreas de cría, con lo que se calcula que sea hasta el mes de abril, aunque la intención es retomarlo el año que viene cuando regresen y que este sea un proyecto a largo plazo. De momento, más de medio centenar de gaviotas de distintas especies ya están anilladas. Las más llamativas del lugar son la reidora, la cabecinegra, la picofina, la patiamarilla, la sombría, la gaviota enana, que son las mas pequeñas del mundo, y la cana que es de gran interés y  todo un reto para estos dos biólogos por la rareza de verla por la zona. Como meta personal, quieren anillar una gaviota deleware, y precisamente por este ejemplar, el proyecto de anillamiento se ha extendido al parque "Laguna del Moral", por ser una rareza, una gaviota americana a la que se le ha visto algunos años.

Elegir Costa Ballena Rota no fue al azar, aparte de la cercanía con sus lugares de residencia, el complejo urbanístico cuenta con mucha naturaleza, cerca de la costa, tiene lago y espacios para que las aves descansen tranquilas. Suele verse una gran diversidad de especies de gaviotas y dada la cercanía que desarrollan con los seres humanos, se vuelven más confiadas aunque su captura es muy complicada porque, como explica Damián, son muy listas. Pese a las horas muertas que deben esperar muchas veces, está detrás la satisfacción de estar trabajando en un proyecto de interés sobre unas aves que son desconocidas en general y de las que pretenden elaborar un estudio completo y resultados fiables que ayude a la divulgación científica y a cambiar la percepción que se tiene de ellas. Las gaviotas son parte de la fauna costera de esta zona y con iniciativas de este tipo, costeadas por biólogos  de sus bolsillos, se quieren poner en valor como aves.