Del pájaro y el frío. Proverbio
Doy por hecho que con esta ola de frío que arrastramos los últimos días -unos lluviosos, otros nublados y estotros hermosos y transparentes pero, eso sí, todos muy, muy, fríos-, el popular refrán que ya se imagina, lo habrá oído, leído y quizás empleado hasta la saciedad, en cualquier conversación o lectura que girara en torno al tiempo meteorológico. Una expresión perteneciente al extenso listado de frases y dichos del refranero atmosférico español para utilizar, uno, durante el invierno, la estación más corta del año y única comprendida entre dos años de calendario y, dos, más particularmente cuando las temperaturas se desploman y el frío se manifiesta con toda su crudeza. Como en estos días.
‘Cuando el grajo vuela bajo, …’. Un dicho castellano que casi todo el mundo se sabe y tiene como protagonistas a un pájaro, un particular tipo de vuelo, una sensación fisiológica y un término de plural significado, del que destaca, para el asunto que nos trae, su sonora rima consonante con el nombre pajarero. Bueno, pues ya ve, en poco algo más de una decena de renglones escritos, más de media docena de campos semánticos agitados. Los que van desde la paremiología hasta la poesía, pasando por ornitología, meteorología, astronomía calendaria, fisiología y semántica lingüística entre otros más. O lo que es lo mismo, Artes y Ciencias de la mano, o sea, Humanidades, lo que hacemos y nos hace humanos. No, no está nada mal, para tratarse solo de un refrán oportuno, pero algo traído por los pelos. Y en el ínterin no son pocas las preguntas que surgen alrededor del mismo: ¿Cuál es su origen? ¿desde cuándo existe? ¿cuál es su significado? ¿Por qué ese pájaro en concreto? ¿por qué su vuelo tiene que ser bajo? ¿Tiene explicación científica el dicho? ¿hay otras aves que también lo hagan en esas mismas circunstancias?
‘… hace un frío del carajo’. Y ya de la que va, “del carajo”, ¿es una nueva categoría de frío? ¿tiene algún equivalente en una escala científica? ¿Presenta otras variantes este refrán? Visto el listado de interrogantes comprenderá por qué me gusta tanto la ciencia en la que, lejos de la creencia, cada afirmación realizada, cada respuesta dada, trae consigo un par de preguntas más, cuando poco. Bien, pero mejor será que vayamos por parte, como dijo ya sabe usted quién. O que principio quieren las cosas, otra frase proverbial de fuente oral no tan usada como la que toca hoy. O que cada día trae su afán y cada hombre pone su empeño. En fin. Una frase ésta, la del afán diario y el humano empeño que me habrá podido leer en alguna que otra ocasión escrita en clave de personal esperanza, pero cuyo origen es evangélico, vamos mateísta, ya me entiende.
Origen y antigüedad. Tirando de ese “tratado de refranes”, que es como el DLE define la paremiología (del griego paroimía ‘proverbio’, y logía ‘compilación o colecta’), resulta que no es precisamente éste un refrán antiguo, a pesar de lo manido de estos días. De hecho, podemos aventurar que apenas tiene unas décadas de vida pues, según distintas publicaciones, las primeras referencias escritas datan de finales de la década de los 60 y principios de los 70 del siglo XX. Más en concreto, portales como el diccionario DIccET o el blog Lunes galbana..., refieren que nuestro Premio Nobel en Literatura de 1989, el iriense Camilo José Cela, fue uno de los primeros grandes autores que lo recogieron. Lo hizo en su obra Enciclopedia del Erotismo de 1976) y reza así: “Cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo, refrán de obvio entendimiento que oí en Navalcarnero”.
Antigüedad y significado. Así que, a diferencia de otros muchos refranes que utilizamos y se remontan a siglos atrás, éste no tiene ni siquiera uno de existencia, y no son estas pruebas documentales las únicas que nos dirigen en esa dirección. Existen: estotras de naturaleza científica relativa al pájaro, me refiero al grajo; esotras de naturaleza lingüística que tienen que ver con las acepciones del término carajo; aquelotras adjudicables a un falso pudor de una época o, quizás, se trate de otro refrán más de aquellos que el madrileño folclorista y paremiólogo Luis Martínez Kléiser (1883-1971), decía que no eran para ser escritos. En cualquier caso, fuera el santo que fuera, son unos aspectos que aparcaré por ahora y seguir así con lo que toca, el significado del que ya nos dio un adelanto de su obviedad el malhablado Nobel.
De hecho,el mismo Instituto Cervantes -creado en 1991 para promover la enseñanza, el estudio y el uso del español y contribuir a la difusión de las culturas hispánicas a nivel mundial-, como institución pública nos explica en su web: “Se trata de un refrán que se emplea para afirmar que hace mucho frío. El vuelo de escasa altura de algunas aves es indicio de bajas temperaturas”. (Continuará)
CONTACTO: [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia
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