Es uno de los galardones con más trayectoria en la localidad, aquel que viene a reconocer a paisanos dentro del mundo del deporte, las asociaciones, el empresariado, la educación, las hermandades, la imagen, la cultura, etc. Son los Calabazas de Oro que en esta edición 2022 han tenido como protagonistas al roteño José Ignacio Ruiz-Herrera Puyana, al colegio público Luis Ponce de León y a Miguel Ángel Liaño Pazos. Los tres han recogido este reconocimiento rodeado de amigos, familiares y socios de la Peña Club Deportivo Rota, peña que se encarga desde hace 31 años de organizar estos premios.

La caseta que esta entidad tiene en el recinto ferial se ha vestido de gala en la tarde de este sábado para la entrega de unos galardones que sus protagonistas en términos generales, han recogido orgullosos, algo nerviosos pero sobre todo, agradecidos. Y es que el hecho de que una peña como la del  CD Rota piense en ellos como merecedores de esta distinción ya es un premio en sí. Así lo han expresado en el transcurso de un acto que se ha celebrado tras compartir una comida a la que han acudido 200 comensales y en la que ha habido risas, espontaneidad, nervios y emoción.

Aunque la gran mayoría de los asistentes conocen a los galardonados, el acto comenzaba con la proyección de los vídeos sobre sus respectivas trayectorias y méritos que los convertían hoy en el centro de atención.

El roteño José Ignacio Ruiz-Herrera Puyana inició a través de una historia personal muy complicada, una campaña que nunca pensó que llegaría a tener lazos tan alargados. No sabía que el duro momento en el que su hijo Quique necesitaba un riñón para mejorar su calidad de vida por una insuficiencia renal crónica, sería el principio de algo que ha acabado involucrando a gran parte de la sociedad roteña. Como padre, un 29 de marzo de 2016 entró en quirófano para darle un riñón a su hijo, pero la mala suerte hizo que este lo rechazara días después. Aquel palo no sirvió para hundirlos sino para tomar impulso y buscó en la donación de órganos un refugio. Desde entonces, José Ignacio Ruiz-Herrera ha sido la voz de todos esos enfermos que están en lista de espera para que les llegue un órgano que les salve la vida.  Aunque bromea a veces con haberse convertido en un hombre pegado a una pancarta, el lema que luce en ella, "Hazte donante, regala vida", ha ido calando de tal manera, que muchos son los roteños que no tenían conciencia de la importancia de donar órganos, tejido, médula o sangre, y hoy lo tienen interiorizado. Como el propio José Ignacio Ruiz-Herrera decía emocionado, en esta historia llamada vida, todos tienen un papel importante. El suyo, sin duda, ha sido que el mensaje de concienciación esté presente en empresas locales, vehículos, actos sociales, deportivos, culturales y un largo etcétera que ahora quiere culminar reuniendo el dinero suficiente para que estas pancartas queden fijas en lugares destacados como colegios o pabellones deportivos. Un mensaje perenne a favor de la vida.

Este roteño se emocionó al hablar de las donaciones, de la gratitud que siente cuando una familia que pierde a un ser querido dona sus órganos para que otros vivan, y de Rota, a la que agradece tanto cariño, hoy  concentrado en una Calabaza de Oro que era pura solidaridad.  José Ignacio Ruiz-Herrera dio las gracias a muchas personas, pero sobre todo, a su familia, con la que compartió este galardón, y especialmente, se lo dedicó a su madre, ausente en este día por haber padecido recientemente un problema de salud. No estuvo físicamente pero sí en la mente del homenajeado y por teléfono en un breve mensaje de amor.

La emoción del momento daba el testigo al colegio Luis Ponce de León, el siguiente en recibir su Calabaza de Oro de manos de su directora, Sara Ramírez, que era consciente de estar recogiendo el fruto de 50 años de trabajo a favor de la educación pública en este centro educativo de Rota. El Luis Ponce empezó su andadura en el curso de 1972, siendo solo para niñas, ya que al lado se construyó el Pedro Antonio de Alarcón para niños. Juntos forman parte de la historia educativa de Rota, por donde han pasado miles de roteños, y por eso, la mitad de esa calabaza era también para ellos que se celebran igualmente sus bodas de oro. El Luis Ponce de León ha sido uno de los colegios más activos en actividades externas al horario escolar. No en vano, fue, gracias al AMPA, el primero en salir en la Cabalgata de Carnaval a la que luego se unirían el resto de centros reviviendo un cortejo que estaba casi muerto.

La educación es vocación, pero como decía Sara Ramírez, la vida de un colegio es  el aporte de muchas personas, no solo profesores y alumnos, también personal de administración, conserje, padres, madres, AMPA, personal de limpieza y colaboradores y a todos ellos, iba dedicado esta Calabaza de Oro que tanto agradecían a la Peña CD Rota y a los socios que votaron para que fuera el elegido en esta edición 2022.  Entre todos, con su pequeño aporte, han ido labrando la huella de este centro educativo que se define como un auténtico equipo. Un equipo para las buenas y las malas que hoy agradecía el premio a la comunidad educativa del Luis Ponce y que su directora Sara Ramírez, compartía y  hacía extensivo a todos los colegios que día a día trabajan por mejorar la educación del alumnado roteño entendida no solo como formación curricular sino a personas con valores y sobre todo, felices.

El último en recoger su galardón era Miguel Ángel Liaño Pazos. Un roteño que desde 1989 lleva con su cámara al hombro grabando prácticamente todos los eventos, actos políticos y momentos destacados en Rota. Desde su objetivo, ha visto un poco de todo, desde la vida institucional, política, cultural y social del municipio con la toma de posesiones de alcaldes, manifestaciones o primeras piedras de importantes proyectos para la localidad, hasta momentos personales de cientos de roteños que confiaron en él para bodas, bautizos y comuniones, lo que le ha hecho tener una de las mejores hemerotecas que hay en Rota.

Tanto en su implicación en medios de comunicación locales como a título individual, Miguel Ángel Liaño reconocía ser un apasionado de su trabajo, lo que le ha permitido no tener la sensación de estar trabajando nunca, independientemente de las horas y días trabajados, que han sido muchos.

Con la Peña CD Rota lleva 26 años trabajando grabando este acto de Calabazas de Oro del que hoy era parte protagonista. Espontáneo, contento y agradecido, ha mostrado su gratitud a todos los presidentes de la entidad que han confiado en él, así como a directores de televisión como Antonio Ruiz-Berdejo o su amigo Rafael Descalzo, con quien empezó su andadura laboral, así como el biólogo roteño Federico Fernández. Palabras de amistad y cariño hacia amigos y personas que han marcado su vida plagaron su discurso, que hizo reír y retrotraerse unos años atrás a quienes llevan tiempo en esto de la comunicación. Especial guiño a su amigo Juan Montes y a su familia a la que siempre lleva por bandera. Para ellos estuvo dedicado su última parte del discurso, especialmente a su padre de 94 años, y a su "ángel", su hermana Rosario, que es centro de su vida y a la que se dirigió con un amor incondicional que llegó a emocionar a los presentes. De corazón, agradeció este premio que es fruto del cariño que mucha gente le tiene por su actitud servicial y comprometida.

Los homenajeados recibieron del presidente de la peña, Joaquín Holgado, y miembros de la directiva, la preciada calabaza, un pergamino y un pin de recuerdo, además de una placa por parte del CD Rota. Como representante de la entidad, dio las gracias a todos los presentes y felicitó a cada uno de los galardonados este año, merecedores por méritos propios de un reconocimiento público como este. En su intervención, se acordó del anterior presidente, Francisco Peña Palomeque, al que agradeció su trabajo, y no olvidó a todos los miembros de la junta directiva que dejan su tiempo para que esta peña siga creciendo como lo hace.

Recién estrenado en el cargo, Joaquín Holgado recordó como uno de los momentos más gratificantes haber llamado a cada uno de los galardonados para comunicarles su elección, confiando en que estos premios sigan sumando ediciones y reconociendo el buen hacer de muchos roteños.

Por último, el alcalde de Rota, Javier Ruiz, destacaba la labor de la Peña Club Deportivo Rota y el trabajo que esconden premios de este calado con tanta solera. Como alcalde, felicitó la labor solidaria de José Ignacio con una campaña permanente a favor de un mensaje tan potente como la donación y gracias al cual, decía, Rota tiene una de las rotondas rotuladas con uno de los monumentos más bonitos. Para Miguel Ángel Liaño su reconocimiento se centró en la importante tarea de los medios de comunicación, siendo testigo de todo lo que acontece en la localidad, destacando además, la actitud servicial y comprometida del homenajeado. En la misma línea, no pudo dejar de destacar la labor educativa del Luis Ponce reconociendo a la peña la elección de poner a un colegio en el centro, tan importante en una sociedad que quiere avanzar con ciudadanos cada vez mejor formados y entendiendo la educación un compendio de valores, no solo conocimientos curriculares.

La tradicional foto de familia  dio por terminado el acto con el que dos roteños y un colegio pasan a engrosar la lista de los Calabazas de Oro de Rota.