Varios repiques de campaña anunciaban esta tarde que Rota estaba de fiesta y esperaba la salida de su patrona, Nuestra Señora del Rosario. A las seis y media de la tarde, con una plaza Bartolomé Pérez concurrida de público, aunque no llena, empezada a desfilar el largo cortejo que en este 7 de octubre ha arropado a la virgen.

Unas temperaturas excelentes han acompañado en esta festividad local que si bien se ha desarrollado como un día bastante tranquilo, se ha ido animando con más ciudadanos por las calles a medida que ha ido avanzando la tarde. Hoy es día de fiesta para los roteños y aunque al coincidir en viernes algunos han optado por aprovechar para irse fuera de la localidad unos días, otros han salido a ver a la patrona en estas fiestas patronales que, con ella en la calle, llegan a su fin.

Un parón que se ha hecho demasiado largo a la hora de la salida a las puertas de la iglesia y otros tantos más a lo largo del recorrido, han influido en el orden del cortejo que por momentos estaba algo desbaratado con grupitos charlando entre ellos, descomponiendo el decoro que se le presupone a un acompañamiento a la virgen. Pese a todo, la salida procesional de Nuestra Señora del Rosario es un momento cumbre de las fiestas que Rota celebra en su honor y como tal, han sido muchos los roteños que han esperado a pie de calle para verla.

Las 16 damas del Rosario con su dama mayor luciendo la tradicional mantilla española, una amplia representación de todas las hermandades de penitencia y gloria de la villa llevando estandarte y varas ordenadas por año de antigüedad, hermanos de la Hermandad del Rosario, representantes de los cuerpos de la Policía Nacional, Policía Local y Protección Civil, además de la presidencia y miembros de la Corporación municipal procesionando bajo maza, con el alcalde de Rota, Javier Ruiz, portando el bastón de mando, han formado parte de un numeroso cortejo que cerraba la banda municipal de música "Maestro Enrique Galán" que, desde hace casi 40 años, acompaña a la patrona en su 7 de octubre. 

Una fiesta que se deja notar por algunos rincones con banderolas cayendo de las azoteas engalanando el paso de una virgen que este año volvía a guiar tras mucho tiempo, el capataz Joaquín Bandarra Martínez, cuyo paso iba escoltado por varios miembros de la Guardia Civil.

Cada 7 de octubre Rota se reencuentra con Rosario, su patrona, cumpliendo esa tradición de antaño dando realce a un día especial, de los pocos en los que hace años, la gente del campo acudía al pueblo  con sus mejores vestimentas para honrar a la virgen con la que este pueblo lleva unida casi cinco siglos.

Hoy, los roteños han vuelto a salir a la calle, y aunque el fervor no es el mismo de antes, se mantiene esta cita que da vida a la villa como ha hecho en esta tarde de principios de octubre.

Nuestra Señora del Rosario ha lucido para la ocasión  saya con bordados antiguos de oro enriquecida con bordados de un traje de luces donado por el torero Paco Camino, manto de tisú celeste bordado, tocado de encaje de punto de aguja del s. XIX, blonda de bolillos de oro, fajín de Teniente General y mantilla antigua de seda como toca de sobremanto.

Rosario ha recorrido calles estrechas del casco antiguo arropada por su pueblo, bendiciendo cada rincón y portada por dos cuadrillas de costaleros que se han ido turnando en varios puntos del recorrido que hasta las once de la noche no finalizará. Lo hará, como ya es habitual, con un espectáculo de fuegos artificiales a su recogida con los que se pondrán el broche de oro a las fiestas patronales 2022.

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