Fue en una consulta médica (que no viene al caso) donde leí una frase que traté de memorizar porque me pareció muy significativa y curiosa. No mencionaba a su autor/a, pero debió (o debe) ser un personaje simpático. La sentencia decía: “es agradable ser importante, pero es más importante ser agradable”.

Tengo que reconocer que aquella oración enmarcada, y que colgaba en la pared tras la mesa de la doctora que me atendía, la calificaba perfectamente. La doctora era sumamente simpática, cordial y agradable. Como debe ser. Como debería ser siempre. Sobre todo cuando se va por la Seguridad Social como era mi caso.

Sugeriría que se colocase esa frase detrás de cada servicio que atienda a la ciudadanía. En la mesa de ese funcionario malhumorado, no porque tenga un exceso de trabajo, sino porque el hombre (o la mujer) es de una antipatía innata. No es que la simpatía tenga que ser contemplada como condición indispensable para el desempeño de ciertos trabajos, pero si al menos la agradabilidad, firmada por escrito, como defensa del sufridor ciudadano que requiere sus servicios.

Propondría que se que se pusiese junto a la chapa identificativa de esos agentes de la autoridad que confunden eso, autoridad con autoritarismo.

Recomendaría que se instalase en los foros políticos, a la entrada en algún lugar visible, para que la defensa de la ideología e intereses políticos no se convierta en batallas verbales.

También en los salpicaderos de los coches para que no transformemos nuestra personalidad en el instante en que sintamos el volante en nuestras manos.

Por supuesto, en el despacho de los altos cargos (sea cual sea el cargo y lo alto que este sea) para que no miren a nadie por encima del hombro y, en el momento de esa entrevista, se traguen su prepotencia y arrogancia.
Existen individuos, casi todos conocemos a alguno porque nos ha tocado convivir con ellos o tenerlos cerca, que reciben un cargo (o un encargo, más bien) y se sienten importantes. Estos suelen ser los más desagradables.

¡La frase se podría colocar en tantos lugares!