‘Anni mirabiles’: 1492, 1543, 1666
“Tener mucha plancha”. Me despedía hace una semana con esta expresión popular, utilizándola en el sentido metafórico de que nos queda pendiente, por finalizar o empezar a hacer, una lista grande de tareas o asuntos. Un significado que surge a semejanza del que tenemos cuando pensamos en, o vemos literalmente, la montaña de ropa que no pocas veces nos aguarda por delante para planchar. Un aspecto prosaico más de la rutinaria vida diaria, que hoy le cambio por un muestrario cronológico compuesto por una manita de anni mirabiles, relacionados con diferentes campos del saber humano. Lo que está bien pues así, sin solución de continuidad y al decir del poeta orcelitano, “y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos”.
‘Annus mirabilis’, 1492. Es el primero que ponemos negro sobre blanco, quinientos treinta (530) años lo contemplan, y es en este periodo de tiempo cuando tienen lugar una serie de sucedidos asombrosos protagonizados por personalidades tan dispares como reyes, navegantes o literatos. Vean si no. Primero termina la Reconquista con las Capitulaciones de Granada, ciudad cuya toma tuvo lugar el 2 de enero de este año, y poco después se inicia la solución del “problema converso”, con la expulsión de los judíos el 31 de marzo, un polémico sucedido sin duda. Por no hablar de la publicación, el 18 de agosto, de la Gramática Castellana no ya el primer estudio de nuestra lengua y sus reglas, sino la primera gramática escrita en una lengua moderna.
Su autor, el lebrijano Antonio de Nebrija (1444-1522) quien en su prólogo escribió: “Que siempre la lengua fue compañera del Imperio, y de tal manera lo siguió, que juntamente comenzaron, crecieron y florecieron, y después junta va a ser la caída de entrambos”. Vista con perspectiva histórica, estamos ante una extraña premonición quizás. Y por supuesto el descubrimiento de América por el navegante Cristóbal Colón (1451-1506), poco menos de dos meses después de la gramática publicación, el 12 de octubre. Sin duda alguna todos estos sucedidos posibilitaron que los Reyes Católicos construyeran la más poderosa monarquía del mundo occidental, haciendo de él nuestro multifacético (histórico, religioso, literario, náutico), patrio y asombroso año.
‘Annus mirabilis’, 1543. Cambio de siglo y de campo de conocimiento pues nos pasamos al de la ciencia, en concreto a dos de sus disciplinas, medicina y astronomía, y de la mano de un par de protagonistas. Este año está considerado, por no pocos exégetas, como el del inicio de la revolución científica motivado, sobre todo, por la publicación de dos libros extraordinarios. Uno, el influyente De humani corporis fabrica (Sobre la estructura del cuerpo humano), escrito por un joven (solo tenía 29 años) médico belga, Andrés Vesalio (1514-1564), que con profusión de imágenes alegóricas sobre la anatomía humana revolucionó la forma de entender tanto la anatomía como las prácticas médicas.
Otro, el no menos influyente De revolutionibus orbium coelestium (Sobre los giros de los cuerpos celestes), obra fundamental del astrónomo polaco del Renacimiento Nicolás Copérnico (1473-1543) donde expone una teoría heliocéntrica para nuestro sistema solar, que cambiaría la ciencia y la forma de entender el mundo para siempre. La cambió sin duda, pero no es menos cierto que no era ese, todavía, el momento, lo digo por la fecha de publicación (el mismo de su muerte) y la dedicatoria al papa Paulo III (otro día se lo cuento). Por no hablar del luctuoso sucedido cincuenta y siete (57) años después al nolano Giordano Bruno (1548-1600) o el más que triste acto de abjuración en 1633 de, un ya anciano, el pisano Galileo Galilei (1564-1642).
‘Annus mirabilis’, 1666. Nuevo cambio de siglo, pero no de campo de conocimientos porque, por antonomasia y para otros tantos estudiosos del asunto, éste es el auténtico annus mirabilis de la ciencia y lo es de la mano de un único hombre, el genial y polifacético inglés Isaac Newton (1643-1727). Quién obligado a confinarse durante un año y medio, debido a la epidemia de peste que asoló Inglaterra entre 1665 y 1666, produjo la maravilla científica que produjo. De modo que, desde esta perspectiva, esta expresión latina tiene un valor distinto al que le otorgó su compatriota, el poeta de la Restauración inglesa, John Dryden, desencadenante de esta minisaga de entregas. Recuerde que la utilizó como título para uno de sus poemas, Annus Mirabilis, referido a este mismo año, pero por sucedidos bien diferentes. (Continuación)
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FUENTE: Enroque de ciencia
Hermano Lobo | Domingo, 07 de Agosto de 2022 a las 21:20:20 horas
Gracias por la sencillez con la que nos recuerdas, o enseñas, fechas y sucesos.
Espero con fruición tu próxima entrega.
Saludos.
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