El "corazón solidario" que en enero de 2021 se instaló en el bulevar Bahía de Cádiz para recoger tapones de plástico por una buena causa, para ayudar al pequeño Rafael "león luchador" a continuar con sus terapias y echar con ello, un cable a su familia, cambiará su color verde al azul como guiño al colectivo de personas autistas y TDAH. Es un gesto simbólico que servirá para tener presente ese color que los identifica como una forma visual de dar apoyo a todas las personas que padecen este trastorno y a las familias con hijos que luchan a diario por conseguir mejor calidad de vida para ellos. 

La colocación de este gran corazón de metal que recibe cientos de tapones a la semana desde hace año y medio,  es una causa solidaria que sigue en pie a día de hoy para mantener esa ayuda necesaria para Rafael y ahora, visualmente, será un signo de apoyo a este otro colectivo. 

La idea, que parte del proyecto "Ayúdame a ayudar", ha contado con el visto bueno del Ayuntamiento de Rota que ha aceptado el cambio de color sin ningún tipo de objeción teniendo en cuenta que se trata de dar visibilidad a otros colectivos que necesitan ser visibles en la sociedad.  De esta forma, con ese color azul nuevo que lucirá a partir de esta semana, se viene a reconocer la lucha de muchas familias y personas que padecen autismo o un trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Se espera que a partir de esta tarde, el corazón ya no sea verde sino azul, pero su cometido seguirá siendo el mismo, recoger tapones de plástico que luego se llevan a una planta de reciclaje y se consiguen algunos recursos económicos que ayudan a niños como Rafael "el pequeño león luchador" a recibir sesiones de fisioterapia y otros tratamientos de estimulación, que le permiten avanzar en su desarrollo psicomotriz. En principio, aunque su diagnóstico era una enfermedad mitocondrial, tras haber pasado por un especialista en Madrid, donde tras años de lucha consiguieron que vieran al pequeño, esta se ha descartado y debe someterse a nuevas pruebas genéticas para detectar cuál es la enfermedad que ralentiza su desarrollo normal. Mientras tanto, dado que es un proceso lento, se siguen recogiendo tapones de plástico para seguir ayudando a su familia con el pago de los tratamientos. Tapones que desde el proyecto "Ayúdame a ayudar" que gestiona la causa, también se destina a ayudar a otros niños como la pequeña Paula, también de Rota, a la que se la ha pagado ocho sesiones de fisioterapia para tratar la enfermedad de Perthes, que afecta a su cadera y podría dejarla con secuelas en su movilidad.

Gracias a este "corazón solidario", a las personas que depositan en él los tapones de plástico de envases que se tiran, y a la colaboración de quienes se encargan de recogerlos, el pequeño Rafael ha conseguido por ejemplo una silla ortopédica que valía 3.000 euros, terapias y ayuda para ir a Madrid a ver a un especialista. Desde "Ayúdame a ayudar" se sigue pidiendo colaboración y que se sigan llevando tapones a este punto de recogida.