El roteño Daniel Ruiz-Henestrosa completa el Northwest Triman, un triatlón distancia Ironman
Ponerse a prueba físicamente hasta el límite es un reto que muchos deportistas se marcan en su afán de ir superando metas. El pasado fin de semana, lo hizo el roteño Daniel Ruiz-Henestrosa Sánchez, que fue uno de los 550 participantes que se dieron cita en el Northwest Triman, único triatlón de distancia Ironman, celebrado en Galicia, en la localidad coruñesa de As Pontes.
En esta octava edición, con el lago artificial más grande de Europa como escenario, estaba este triatleta que ha conseguido completar su sexto Ironman con un tiempo de 12 horas y 16 minutos, que aunque está lejos de su mejor marca, completó contento por haber podido terminar un circuito que constaba, en su versión de larga distancia, en 3,8 kilómetros de natación en el lago de As Pontes, 180 kilómetros de ciclismo y una maratón de 42,2 kilómetros de carrera a pie.
La mañana se presentaba muy fría, con lo que la prueba de natación fue todo un ejercicio de valentía para los participantes al que se sumó el circuito "rompepiernas" que no dio ni un minuto de respiro y donde el fuerte viento, el frío y la lluvia pusieron al límite a los corredores. Los que lograron sobrevivir se tuvieron que enfrentar a la carrera a pie con una climatología adversa, esta vez, con zonas de mucho calor y otras con viento frío. Una prueba por tanto, en la que el roteño y el resto de participantes pudieron vivir en apenas unas horas, las cuatro estaciones del año.
Daniel Ruiz-Henestrosa se presentaba con muchas ganas y en un momento de forma excelente, pero este tipo de pruebas llevan al cuerpo al límite y uno no sabe nunca cómo va a reaccionar. En su caso, como él mismo cuenta, se queda con haber sabido sobreponerse a todas las adversidades, sobrepasar de nuevo sus límites y lograr terminar el Northwest Triman.
Su experiencia particular fue de unos kilómetros de natación que hizo de forma cómoda pese al frío, con una primera vuelta con el lago en calma pero con una segunda vuelta donde el viento hizo acto de presencia y la hizo un poco más movida. En bicicleta, con cuatro vueltas de 45 kilómetros, ya se dio cuenta en la primera que aquello no era "llano con alguna pequeña subida", como decía la organización sino un circuito "muy duro y tremendamente divertido, con constantes subidas y bajadas". La lluvia, el fuerte viento y el frío añadieron un plus de dureza y de peligrosidad por momentos donde el deportista no quiso gastar toda su energía para poder afrontar los kilómetros de carrera a pie que desde el principio fue duro, al costarle que las piernas se acostumbraran al nuevo esfuerzo. Fue a partir del kilómetro 4 ó 5 cuando todo empezó a ir mejor y pudo completar el circuito aunque a un ritmo más lento del que tenía previsto.
Y es que en este tipo de pruebas con tanto desgaste físico, no solo es importante la forma física sino también la mental.
Tras llegar a meta con la satisfacción de un nuevo Ironman completado, este roteño agradeció a su familia el ánimo que le dio sin descanso en momentos que fueron claves. Su mayor triunfo, ha reconocido, es haberse puesto al límite y haberlo superado.



































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