El anuncio que esta semana hacía el presidente de EEUU, Joe Biden, en el marco de la Cumbre de la OTAN que se celebra en Madrid, centrado en la intención de reforzar la presencia militar en la Base Naval de Rota con la llegada de dos nuevos  destructores estadounidenses, se ha acogido en términos generales como una noticia positiva en la localidad.

Hay sectores que saben que mayor presencia militar americana implica más beneficios para sus negocios, por ello, que se plantee que el refuerzo del escudo antimisiles pase de los cuatro destructores actuales a seis, se espera con ganas. Sobre todo, porque ese nuevo despliegue, que todavía tendrá que aprobar el Consejo de Ministros, -y que lo hará cuando sepa una fecha exacta de llegada de los barcos-,  implicará la llegada de una dotación de 600 militares más, a los que habrá que sumar las familias.

Taxis, restaurantes, comercios con un enfoque claro al perfil del cliente estadounidense, apartamentos turísticos y otros servicios, verán directamente el beneficio en su actividad y por ello, son los primeros que esperan que la llegada de los nuevos destructores se produzca pronto y llegue cuanto antes. Se estima que lo haga no antes de seis meses, pero no se conocen aún las fechas. Lo que sí se sabe es que esta nueva presencia militar implica la modificación del convenio de cooperación en materia de defensa de 1988, y la aprobación en el Congreso de los Diputados. Ahí, ya han aparecido voces discordantes que, al igual que otro sector de la población, no ve con buenos ojos mayor despliegue militar entendiendo que es un riesgo para la zona y que la seguridad no se vende a cualquier precio.

En general, el ciudadano de a pie escucha la posibilidad de la llegada de más militares con la naturalidad que lleva viéndolos desde hace más de 60 décadas, pero los sectores de servicios y alquileres son los que se frotan las manos especialmente, tras haber pasado años complicados con la pandemia.  Es evidente que la llegada de más americanos con sus familias tiene una incidencia directa en Rota que a veces trae beneficios, como que hay negocios que se nutren de ellos en un alto porcentaje, y desventajas como que cada vez es más difícil encontrar un alquiler a precio razonable porque ante la posibilidad de que un americano pague hasta el doble de lo que lo haría un roteño, la balanza está claro hacia dónde cae.

Pese al enfoque de muchos medios nacionales o provinciales, donde parece que el roteño está dando saltos de alegría por el anuncio del presidente de EEUU y su intención de refuerzo militar en la Base Naval, lo cierto es que en la localidad, a excepción de sectores muy concretos que valoran la posibilidad como buena, se le ha dado normalidad. En la mayoría de los casos, esperan que se haga realidad para ver las oportunidades que trae, pero poco más.

No hace mucho, algo más de una semana, llegó a la Base Naval de Rota el 'USS Paul Ignatius' (DDG 117), destructor de la clase Arleigh Burke de misiles guiados, que tendrá puerto base en el recinto roteño,  siendo el más nuevo de los destructores de las Fuerzas Navales Desplegadas de Estados Unidos en Europa, y muchos roteños, ni se enteraron, y los que lo leyeron en la prensa, lo vieron como una noticia más de otras generadas en el entorno de la base militar.

Actualmente en el puerto de la Base Naval están los destructores 'USS Arleigh Burke' (DDG 51), ' USS Ross' (DDG 71), ' USS Porter' (DDG 78) y ' USS Roosevelt' (DDG 80).