'Hasta el 40 de mayo,…'
… no te quites el sayo’. Todos conocemos lo que dice el refrán meteorológico, así como su significado. Este popular dicho nos previene para que no nos desabriguemos, hasta estar seguro de que ha pasado el frío, a fin de no coger un constipado por desabrigo. Una seguridad que, al menos refraneramente, se asocia a esa fecha calendaria ya del mes de junio, el 40 de mayo, y con una prenda masculina, el sayo, que en los antañones se empleaba para cubrir desde los hombros hasta la media pierna o más abajo, y con mucho vuelo. Pero claro los refranes, refranes son. No solo necesitan rima sino que, es sabido, aciertan tanto como se equivocan. De ahí que, como en este caso, le hayan salido “coletillas”, previsoras unas y jocosas otras: ‘Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo. Y si el tiempo es importuno, hasta el cuarenta de junio’; ‘Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo. Y si vuelve a llover, vuélvetelo a poner’; ‘Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo. Y si eres de Albacete, hasta el 47’; ‘Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo. Y si junio es ruin, hasta su fin’. Vamos que pillar, lo que se dice pillar, no te pillan en un error refranero; siempre te puedes sacar de la manga otro para salir del apuro o incluso para contradecirlo. Bien pero, ¿qué día es el 40 de mayo?
¿Qué día es el 40 de mayo?, tirando de refrán. Donde sí podemos ser pillados es en un error calendario, si relacionamos esta fecha del 40 de mayo con la del 10 de junio, algo que suele ocurrir con cierta frecuencia, tanto en medios de comunicación (prensa, radio, televisión, internet), como en instituciones varias. En realidad, el 40 de mayo corresponde al 9 de junio ya que aquel mes tiene 31 días y basta con echar las cuentas. Pero claro, para eso es necesario saber los días que tiene cada mes, y no todo el mundo tiene memoria para ello, como es mi caso. Mas, todo tiene solución en esta vida. Sin ir más lejos, yo lo sé por una regla nemotécnica en la que utilizo la mano, aunque también existen refranes para este propósito: ‘Treinta días tiene noviembre con abril, junio y septiembre; veintiocho sólo hay uno y los demás treinta y uno’ o ‘Treinta días trae noviembre con abril, junio y septiembre, los demás treinta y uno, menos febrero mocho que sólo tiene veintiocho’. No sé a usted, pero para mí es mucha memoria la que hay que echar a estos refranes, de ahí que me guste más la regla nemotécnica de la mano izquierda. Es muy sencilla.
¿Qué día es el 40 de mayo?, echando números. Basta con que cierre dicha mano con el dorso hacia arriba y observe los cuatro nudillos y los tres espacios entre ellos. Los nudillos representarán a los meses de treinta y un días y los espacios a los de treinta o menos (febrero), y a contar: el primer nudillo representa a enero (31 días); el primer espacio a febrero (28 o 29, ya sabe). El segundo nudillo a marzo (31 días); el segundo espacio a abril (30 días). El tercer nudillo a mayo (31 días); el tercer espacio a junio (30 días). El cuarto, y último, nudillo a julio (31 días). Y vuelta a empezar. El primer nudillo representa a agosto (31 días); el primer espacio a septiembre (30 días). El segundo nudillo a octubre (31 días); el segundo espacio a noviembre (30 días). Y el tercer nudillo a diciembre (31 días). Como ven es bien fácil, hoy 11 de junio es el 42 de mayo.
Origen del refrán. Ni que decirle tengo que este dicho popular, de manera oral y en sus diferentes variantes, se ha utilizado desde hace siglos, por lo que no es posible estimar una fecha exacta de su uso popular con una certidumbre mínima. La que sí existe para su primera referencia escrita, una poesía que figura en la página 108 de ‘Los refranes del almanaque’ (1896), del poeta y folclorista sevillano Francisco Rodríguez Marín de quien le diré, ya de la que va un par de quisicosas. Una literaria, pues colaboró en la ‘Sociedad del Folk-Lore Andaluz’ (1881) donde conoció a Antonio Machado y Álvarez (Demófilo), Alejandro Guichot y Luis Montoto entre otros; un magnífico nexo sobre el que habrá que volver. Otra urbanística, como reconocimiento a su obra tiene una glorieta con su nombre, y un azulejo con su rostro, en la Plaza de América del sevillano Parque de María Luisa. Es de la fuente sevillana de Rodríguez Marín de donde bebe, un siglo después, el polivalente escritor barcelonés Joan Gomis, autor del alternativo final: ‘Y si el tiempo es importuno, / hasta el cuarenta de junio’.
Adenda. Es del todo prescindible que, para este Año del Señor de 2022, ponga negro sobre blanco la nula necesidad de este refrán, en cualquiera de sus variantes, dadas las circunstancias ¿meteorológicas o climáticas? de estas fechas que nos está tocando sufrir y padecer. Ni el tiempo es importuno ni ha vuelto a llover ni estamos en Albacete ni el mes se muestra ruin; tan solo le ofrezco el consejo que esconde esta vieja frase: ‘Y si no gusta, ya sabe: Ajo y agua’. Perdone la licencia.
CONTACTO: [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia












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