Muchos periodistas han de cuidarse de no confundir la fama, la presencia mediática, con dar información real y rigurosa, sin tintes confusos.

Diferenciar las opiniones de la información es otra de las lacras del momento que un periodista que se precie debe estar ojo avizor. En este momento, vemos muchos periodistas difusores de continuas malas noticias como si viviéramos en una especie de apocalipsis, como si no ocurrieran de continuo cosas positivas a la vez que hay  personas dignas de ser entrevistadas por sus hechos en favor de nuestra especie que, sin embargo, ellos eluden u ocultan.

Todo tipo de desinformación y sobreinformación es un arma de destrucción masiva contra la democracia, es otro de los puntos a tener en cuenta. Hoy los grandes medios continúan manipulando mediante el envío constante de diversos contenidos llenos de imágenes de medias verdades lo que produce en el psiquismo una saturación, bloqueo, confusión y finalmente, se crea una sociedad tal y como la vemos hoy, claramente manipulada y aborregada.

Últimamente, los que informan están dominados por personas que no son periodistas sino por gente del mundo  financiero u empresas que controlan a los medios. Esto último hace que la autocensura sea la norma del  momento.

Debemos decir que la labor informativa es muy importante, de primera línea lo que es mantener a un país  esclarecido pero también añadimos estas notas dada la no correspondencia con la real labor del periodista  valiente.

Antonio Jesús Fernández Olmedo