Momentos de mucha emoción, de mucho sentimiento y de lágrimas se vivieron ayer por la noche en la puerta de la casa de hermandad de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Rota que sobre las once y media de la noche llegaba a su destino tras tres largos días de peregrinación. Han sido muchos kilómetros de camino que aunque se han desarrollado sin percances destacables, han sido duros en algunos momentos pero todo compensado con la satisfacción de poder encontrarse con la virgen cuando han pasado tres años desde el último Rocío.

El Simpecado de Rota entró portado en la carreta arropado por muchos romeros que no quisieron perderse este momento tan especial. Vivas a la virgen y mucho cante engrandecieron esta llegada a la aldea almonteña en la que durante todo el fin de semana se reunirán miles de personas llegadas de todo el país para el sábado presentarse ante la Hermandad Matriz de Almonte y vivir jornadas de convivencia, fraternidad, oración, devoción, y también buenos ratos compartiendo bebida y comida.

Anoche la Hermandad de Rota vivió momentos especiales recordando a aquellos rocieros que por diferentes circunstancias no han podido hacer el camino o ni siquiera tendrán la oportunidad de estar en este Rocío 2022. Especial cariño se demostró por el padre del hermano mayor de la hermandad roteña, fallecido hace seis meses,. Junto a otros romeros que ya no están, han dejado huella en esta gran familia rociera que anoche los tuvo muy presentes.

La noche se prolongó, fue larga, como todas las que se viven en esta romería y hoy es un día de más tranquilidad, de convivir en la casa de hermandad de Rota que está abierta a todos los peregrinos como lo hacen prácticamente todas las filiales.

Desde ayer se nota que la aldea almonteña goza del bullicio que tanto se ha echado de menos por culpa de la pandemia estos tres últimos años y se espera que sean días de muchas vivencias. Cada uno, lo vive a su forma.