Llega la época del año más esperada para muchos, pero la más odiada para otros, estoy hablando del verano; sol, playa, amigos e inseguridades a la hora de ponerse un bikini, un bañador o una simple camiseta. Hemos estado todo el invierno “ocultando” nuestro cuerpo debajo de una sudadera o un jersey y ahora es el momento de decir adiós a las sudaderas y decirles hola a los pantalones cortos, faldas y ropa corta.

Las inseguridades y los complejos vienen de la mano de los cánones de belleza que existe en la actualidad, las presiones sociales y el bombardeo de la exposición de cuerpos “perfectos” en las redes sociales que actúan como enemigos y nos anulan nuestro amor propio. Todo esto es lo que hace que tanta gente odie su cuerpo, especialmente en verano, porque es la época donde más expuesto está.

Sin embargo, lo que más suele doler es la opinión de los demás, lo que piensen de nuestro cuerpo la gente nos debería dar igual. No tiene por qué importarnos su opinión y deberíamos aprender a hacer oídos sordos lo que la gente opine de nuestro cuerpo, ya que siempre habrá alguien que opine de nuestro físico.

Todos deberíamos tener la suficiente valentía de dejar nuestros complejos a un lado y disfrutar del verano sin ningún tipo de inseguridad ya que no hay cuerpo más bello que aquel que se acepta.

Carlota Sánchez Carrera