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Carlos Roque Sánchez 1
Sábado, 28 de Mayo de 2022

No ni na

[Img #169149]Con acento andaluz. Seguro estoy de que la expresión de más arriba, en un entorno coloquial o familiar, la ha oído en infinidad de ocasiones e, incluso, la ha pronunciado usted mismo en otras tantas. “No hace frío ¿no?” “No ni na”, o sea que sí lo hace. No has comido nada, hijo” “No ni na, papá, si me he tomado dos platos”, vamos que sí. Son ejemplos de enfáticas afirmaciones de que es cierto lo que el otro acaba de negar. O “¡Qué buena pinta tienes, primo!”¡No ni na!”, como sinonimia de la expresión “anda que no” y el significado de que algo sí es como se está diciendo. “No ni na”, toda una joya lingüística del andaluz -con reflejo gráfico del acortamiento oral de “nada” en “na”, tan propio de esta pronunciación popular-, que invita a apropiarse de ella dada la concentración de significados y la certeza del mensaje. “Carlos, ¿vas a ir a la Feria este año?” “No ni na”, como queriendo decir que no se la pierde por nada del mundo.

 

Triple negación: Gramática. Tres tres negaciones (“no”, “ni”, “na”) que juntas, paradójicamente, devienen en una afirmación categórica, claro que irá a la Feria el tal Carlos, es como si te dijera “¿Pero tú estás loco? Eso ni se pregunta”, solo que con menos palabras pues la expresión contempla que no se la va a perder, ni aunque llueva, truene o no tenga dinero y por “na” del mundo. Estamos sin duda ante un magnífico ejemplo lingüístico de la universal e inexorable ley de la economía, ante una expresión fascinante de la que le quisiera poner negro sobre blanco un par de puntualizaciones. Una es etimológica, la locución deriva de “no ni nada”, con apócope o contracción de “nada”.

 

La otra es ortográfica, “na” se escribe sin tilde por tratarse de una palabra monosilábica como ocurre con “pa” y “to”, contracciones de “para” y “todo” con las que se transcriben variantes del habla popular. Y para las que la Ortografía de la lengua española indica que no se acentúan gráficamente, salvo en los casos de tilde diacrítica. Igualmente, la forma “na” no debe llevar apóstrofo para marcar la omisión de sonidos en la lengua oral, pues en este caso la pérdida de sonidos es independiente del contacto con otras palabras, por ejemplo, de la fusión de dos palabras como en “Me voy pa’l pueblo”. “No ni na”, no se puede decir más con menos ni se puede hacer de una forma más bella. Así que na más que decir, estamos ante una joya literaria.

 

Triple negación: Literatura. Una maravillosa figura literaria que conforman estas tres palabras, formadas por tres vocales -o, vocal cerrada; i, vocal abierta; y a, la más abierta- y una única consonante por triplicado con la que empiezan, de modo que estamos ante una anáfora. Una figura retórica de construcción consistente en la repetición de una o varias palabras al principio de una serie de versos u oraciones. Auténtica poesía en movimiento al producirse aliteración de la “n”, partir de la vocal más cerrada hasta la más abierta, y poderse construir con ellas infinidad de frases.

 

Si usted lector tiene ya una edad, quizás las recuerde de los tiempos escolares, pero, por si no es así, le ofrezco una que siempre me ha gustado: ‘Temprano levantó la muerte el vuelo, / temprano madrugó la madrugada, / temprano estás rodando por el suelo. / No perdono a la muerte enamorada, / no perdono a la vida desatenta, / no perdono a la tierra ni a la nada’. Escritos por el oriolano Miguel Hernández (1910-1942), estos bellísimos versos pertenecen al poema Elegía (A Ramón Sijé), incluido en su libro El rayo que no cesa (1936).

 

La mayor afirmación del andaluz. Es en lo que se convierten las tres negaciones juntas, con un rotundo significado de “claro que sí” o “faltaría más”. Toda una maravilla lingüística, un recurso retórico de primera categoría que no es más que un botón de muestra del vanguardismo del andaluz, entendido como conjunto de hablas en permanente evolución. Las mismas que son centro de atención de no pocos lingüistas europeos y americanos, por lo que merecen ser defendidas fonética, gráfica y semánticamente. Y en realidad, todo lo contrario de lo que ocurre pues el andaluz, pese a su gran valor, sigue siendo un recurso de burla individual, un instrumento de desprestigio colectivo.

 

El recurrente ejercicio de ataque y menosprecio social, artístico, profesional o político y que no es de ahora, no. Le recuerdo que la primera gramática, la primera de una lengua europea moderna, Gramática castellana publicada en 1492 -quinientos treinta años la contemplan, ¡ay! es na- por Antonio de Nebrija (1444-1522), recibió sus primeras críticas por el mero hecho de haber surgido en Sevilla. Y así hasta nuestros días y en todos los ámbitos, no le digo más. Bueno, sí. Ningún idioma tiene una evolución uniforme y no hay una variedad mejor o peor sino una dominante. Cuando ‘Menos es más’.

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

 

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  • Hermano Lobo

    Hermano Lobo | Sábado, 28 de Mayo de 2022 a las 20:41:02 horas

    Es una frase ingeniosa, con la que recuerdo, en un par de ocasiones, haber descolocado momentáneamente a amigos contertulios, cuando vivía fuera de Andalucía.
    Evitando hacer publicidad, explico que hay una bodega de la tierra, que está comercializando un tinto, de muy buena relación calidad-precio con el nombre de "No ni na"

    Saludos.

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