Levantar el dedo
Hablar del Emérito Juan Carlos I es muy recurrido en los últimos tiempos. Desde que se destapara sus millonarias comisiones sin declarar, aunque regularizadas a destiempo, los artículos, reportajes y comentarios se han nutrido de su proceder nada ejemplar en un Jefe de Estado.
En su última visita a España no se ha dignado hacer declaración alguna sobre sus tropelías. A pesar de lo cual, tiene acérrimos defensores machistas. Lo de machistas lo digo porque, por perdonar, le perdonan hasta las infidelidades a la "Emérita Sofía". En realidad ignoro si el título de Emérita se le adjudica a la madre del Rey, de ahí el entrecomillado. Atendiendo a la etimología de la palabra, ex meritu, a doña Sofía hay que reconocerle el mérito (al menos ese) de haber cargado con la cruz de los adulterios de su cónyuge.
Pero en el artículo de esta semana no voy a escribir sobre él. Qué algunos (o muchos) le aplaudan no es algo nuevo en la Historia. Recuerden que el populacho prefirió la excarcelación de Barrabás a la de Jesús de Nazareth. Salvando las diferencias del contexto histórico y la de los valores. Por supuesto.
Así que paso a redactar el artículo de esta semana.
Se me ocurre que la Historia es como una autopista de ideologías. En ella, unos circulan por la derecha y otros por la izquierda. Los que lo hacen por el carril diestro “conservan” una velocidad más o menos constante y procuran que todos los vehículos les sigan detrás, sin aspavientos ni acelerones. Para conseguir derechos, los vehículos tienen que adelantarlos por la izquierda. Siempre se avanza por la izquierda.
La situación se complica cuando, en lugar de dos carriles de circulación, hay tres. En esos casos, los que adelantan por la izquierda se colocan inmediatamente en el carril del centro. Es decir, no continúan por el izquierdo. Han adelantado, eso sí, a los conservadores del carril derecho, pero para ellos continuar adelantando por la izquierda supone una excesiva velocidad.
En ocasiones, los que continúan la marcha por el carril derecho se desesperan y pretenden adelantar a los de su fila. Pero no lo hacen utilizando el carril más próximo a su izquierda, sino que se salen de la autopista en un ramal para volver a entrar en ella rápidamente. De ese modo, se coloca en primera posición del vehículo del carril derecho y marcan de ese modo la velocidad.
Esas maniobras pueden despistar tanto a los que circulan por el centro como a los que lo hacen por la izquierda. Lo mejor es no dejarse llevar por la susodicha maniobra y continuar progresando en su marcha, aunque te entren ganas de alzar el dedo corazón por la ventanilla.
Decía al principio que este artículo no iba del Emérito. Pero, acabo de leer un artículo de Juan José Téllez que recordaba que “los diputados absolutistas en las Cortes de Cádiz, gritaron “Vivan las cadenas” , cuando firmaron en Valencia el Manifiesto de los Persas para que Fernando VI aboliera las libertades que ellos mismos, a regañadientes, habían contribuido a redactar”. Y no sé por qué he convertido este artículo en una metáfora.
MANUEL | Lunes, 30 de Mayo de 2022 a las 13:41:02 horas
No declarar las comisiones que se cobran no es nada ejemplar, pero llevarse el dinero de todos los ciudadanos por parte de aquellos en los que hemos depositado nuestra confianza tampoco es nada ejemplar. Ni uno ni los otros han pedido perdón, ni el que se fue a Abu Dhabi ni los que se han quedado en España y a los que sus “camaradas” han defendido siempre, ya sean de derechas o de izquierdas. Pedir perdón no entra en el concepto de moral política en los dirigentes, devolver el dinero que nos han robado robado tampoco y no es una cuestión de machismo sino de integridad.
En la cuestión de la autopista se debe entender que la autopista es española pero ¿qué pasa si la autopista es en el Reino Unido, por ejemplo?. Como no lo especificas digamos que los lectores pueden escoger una autopista de España o del Reino Unido. En el caso del Reino Unido (entre otros países) todo tu artículo no cobra el sentido “político” que has querido darle porque se invierten la derecha con la izquierda y ya esa metáfora simplista carece de sentido
La realidad es que todos aquellos países que se encuentran dentro de un régimen político de centro izquierda o de centro derecha, como son la mayoría de la Unión Europea, entre otros, son los que progresan. En aquellos en los que se decantan mas hacia la derecha o hacia la izquierda se convierten en regímenes de pocas libertades y aquí que cada uno ponga el ejemplo que mas le convenga. Cada vez que un país gira bruscamente hacia un lado o hacia otro la pobreza se adueña de él y las libertades se recortan. Eso sí siempre dicen en estos caso que lo hacen por nuestro bien.
Salud y Libertad.
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